La hipótesis criptoterrestre: los Eterianos

Bajo el notorio influjo del célebre Jorge Luis Borges, discurridor y exornador de elegantes misterios, quien intuyó en su breve cuento del Tema del traidor y del héroe que la historia conspira a copiarse a sí misma, hemos de exponer una realidad de la que tal vez falten, en sus palabras, «pormenores, rectificaciones, ajustes; y haya zonas que no fueran reveladas aún», y no obstante represente el próximo nivel al cual arribe nuestro planeta; nos motiva esta clase de introducción pues concuerda con los contrapesos de aquel relato, ya que tantos investigadores han concluido abruptamente sus investigaciones (junto a sus vidas) al exponerlo al público, del mismo modo que el personaje Kilpatrick:
De esos laberintos circulares lo salva una curiosa comprobación, una comprobación que luego lo abisma en otros laberintos más inextricables y heterogéneos: ciertas palabras de un mendigo que conversó con Fergus Kilpatrick en día de su muerte, fueron prefiguradas por Shakespeare, en la tragedia de Macbeth. Que la historia hubiera copiado a la historia ya era suficientemente pasmoso; que la historia copie a la literatura es inconcebible...
Portada del libro
The Cryptoterrestrials
Mac Tonnies en su libro póstumo The Cryptoterrestrials propuso la existencia de una raza humanoide originaria de la Tierra y que ha coexistido junto a la humanidad durante miles de años; esta perspectiva no es nueva, y otros autores como la ufóloga turca Farah Yurdozu han sugerido tangencialmente algo semejante al estudiar los genios o djinn árabes; estas entidades hacen uso de cierta tecnología que nos supera, aunado con capacidades psíquicas para permanecer ocultos: los eterianos disfrazan sus verdaderos orígenes, sosteniendo la mentira de que sólo son curiosos visitantes del espacio exterior. Ya sea que estos seres sean extraterrestres o nativos de la Tierra es una cuestión de perspectiva: si son extraterrestres pero han existido aquí por más tiempo que la raza humana, entonces es posible considerarlos una especie autóctona; y si estos seres se parecen más a las hadas mágicas que a visitantes del espacio, es porque su tecnología es lo suficientemente avanzada, tal vez en concordancia a nuestro subjetivo concepto de magia. Tonnies desencadena una intersante cuestión en el capítulo The Abduction Epidemic:
Un motivo central en los informes sobre abducciones, como también en los relatos folclóricos de secuestros por seres no humanos, es el objetivo de producir un vástago "híbrido," un niño humanoide con la posibilidad de actuar como puente entre la sociedad humana y la exógena. [...]
El "programa de hibridación" recopilado de estos casos implica algo alarmante: su avanzado conocimiento en genética. Si ellos fuesen un aspecto desconocido de nosotros mismos, su habilidad en la genética no tendría que adelantarse a la nuestra propia. Y lo que se vislumbra más enervante es que seamos genéticamente compatibles. [...]
Bajo la hipótesis criptoterrestre, el "programa de hibridación" bien podría consistir en desarrollar híbridos "réplicas," adaptados a tareas orientadas a la supervivencia, como ser infiltrarse en la sociedad humana. Y esto plantea una más interesante inquietud: si los típicos encuentros cercanos involucran criptoterrestres parecidos a los humanos, como los Grises, ¿quién puede decir que no habría una galería de villanos progresivamente más extraños al acecho detrás del telón?
Pero cuando hablamos de la Cuarta Densidad, indicamos que corresponde a lo que se denomina en las teorías ufológicas de los doctores Hynek y Vallée como plano psíquico o en la jerga esotérica/rosacruz mundo etéreo; para llevar algo de luz sobre esto, resumimos el pensamiento rosacruz, los conceptos del Material Ra y Cassiopaea y la terminología shamánica/tolteca:

Zona
Región
Plano
Densidad
Orientación
Capacidad perceptiva
1
Empírea
Espiritual
Quinta a Séptima
Creativa
Incognoscible
2
Etérea
Psíquico
Cuarta Densidad
Neutra
Desconocido
3
Elemental
Físico
Primera a Tercera
Entrópica
Cognoscible

Rozando un tanto el tono eclesiástico, ¿nos hemos preguntado alguna vez por qué un Dios benigno crea un mundo en el que la única manera de sobrevivir es a través de quitar la vida a otros organismos vivientes? Y no seamos cínicos de reducir el problema a no ingerir alimentos provenientes de animales. ¿De negarse a comer, cuánto tiempo permanecería con vida? Se puede amar a los animales y cuidar plantas de interior y flores en el jardín, pero cada vez que se ingiere alimentos, estamos destruyendo la vida de algo: una conciencia, que siente y desea vivir, tanto como lo deseamos nosotros. Alimentarse es un requisito para la vida orgánica: es el hilo que une la existencia en el plano físico; pero más que un hilo es una cadena, que nos esclaviza a la velada ley: debemos consumir para subsistir; cualquier insurrección se castiga con la muerte. ¡Bienvenidos a una visión objetiva de la biología!

De ser posible el reconocimiento de esta perspectiva, nos veremos en la necesidad espiritual de buscar; esta búsqueda es un tanto más especial que la semántica a la que nos limita el lenguaje: en los términos de Théun Mares o Carlos Castaneda estaríamos al acecho de una respuesta que nos amplíe tan nefasta —al menos en principio— visión de la realidad. El dogma masónico, nos brinda una pista inicial: es el Gran Arquitecto quien ha diseñado esta maquinaria infernal; por supuesto, este ilustre monarca no se ensucia las uñas en la materia inmunda en la que nos encontramos confinados, pero eso sí, requiere del eficiente núcleo operativo junto a su tecnoestructura —en las palabras de Henry Mintzberg— para que el ápice estratégico reluzca en la pulcritud celestial digna de trastornada devoción; aquí ya podemos vislumbrar, acaso sin las nieblas de la resonancia límbica, los niveles superiores del plano psíquico; Tonnies postula:
He especulado que las diversas formas de vida con que se topa un abducido se pueden entender en los términos de una "sociedad colmena" con drones construidos para realizar tareas especializadas. Dado el actual nivel de investigación transgénica, es tentador preguntarse si los criptoterrestres han estado usando técnicas similares por siglos. [...]
Uno de los preceptos de la hipótesis criptoterrestre es que han desarrollado una "tecnología de la conciencia" (tomando la frase de Whitley Strieber) que, a los efectos prácticos, nos supera enormemente. Uno de los logros de esta tecnología consistiría en la habilidad de habitar o albergar cuerpos a voluntad: muy semejante a la forma en que un científico hoy en día controla remotamente el brazo de un robot.
Los escritores de ciencia a ficción se han debatido sobre los métodos para colonizar un planeta como Marte. En definitiva, podría elegirse en terraformar el ambiente a uno parecido al nuestro... pero también podríamos decidir modificarnos a nosotros mismos para tolerar las inclemencias involucradas.
Una civilización como la criptoterrestre tal vez pudiera permanecer en órbita y comenzar a poblar la superficie con formas de vida semi-autónomas: como drones orgánicos. [Bajo el concepto de telepresencia] ir de un lugar a otro sería tan sencillo como loggearse en un drone humanoide que se encuentre en las cercanías de donde queremos llegar. [...]
Una clase de civilización criptoterrestre como la que describo parece remota pero el concepto general está en práctica en la actualidad: si nuestras sondas telerobóticas se hacen cada vez más sofisticadas y pilotadas cerebralmente, en algún punto se convertirán en indistinguibles de las criaturas vivientes, y será en ese momento que alcancemos la "Singularidad" tan propugnada por los tecno-progresivos como el robotista Hans Moravec y el inventor Ray Kurzweil.
Si bien este es tan solo un bando del plano psíquico: el de aquellos que han decidido orientarse en el servicio a sí mismo, y esta orientación concuerda con el conocido left-hand path que en Demonología se entiende como el Sendero de la Mano Izquierda, y que en la escuela tolteca se denomina el Camino del Poder... muy semejante a la ruta perseguida por el personaje Dean Corso en la película La Ultima Puerta (The Ninth Gate), cuando se tropieza con el siniestro camino de salida de la realidad grosera, para ingresar en el de las manipuladoras huestes etéricas.

No obstante, es evidente que existe y trabaja activamente en el negocio de la batalla espiritual el bando de servicio al prójimo: hemos hecho nuestra labor consciente al reunir las luminosas perspectivas sobre la realidad etérico-creativa a la que puede acceder nuestro planeta, y de los ilustrados autores que describen las regiones empíreas del Cosmos. Aunque ciertamente su influencia parece verse disminuida en la Tierra, quizá Meade Layne, en su informe The Ether Ship Mystery and its solution pueda guiarnos en la razón:
Existe alrededor de cada planeta y todo cuerpo en la vastedad del Cosmos, un mundo etéreo. Los planetas se encuentran gobernados por estos seres eterianos. Cada planeta, incluida La Tierra, está bajo la égida o control de su contraparte etérica. Todas esas extrañas naves celestiales provienen de las regiones etéricas de cada planeta en particular. [...] Cualquier objeto proveniente de una región exógena a cada planeta debe pasar por la región etérica de La Tierra y ser autorizados por las potestades eterianas para su control.
¿Empieza a cobrar sentido nuestra confinación física en la siberia cósmica? Una legión de orientación negativa profita la energía emocional de los seres orgánicos y cobra peaje existencial a las entidades espirituales de servicio al prójimo que decidan encarnar para ayudar a encender la llama de la libertad a los habitantes de un planeta en eventual graduación a una realidad superior.