Resonancia vibracional (II)

En la entrega previa sobre la vibración del alma o FRV (frequency resonance vibration),(1) logramos vincularlo a la élan vital y al sistema de creencias asociados al individuo: el miedo y el sometimiento reduce la capacidad de anclar procesos creativos en la realidad consensuada, mientras que los traumas, en especial aquellos que yacen ignorados y por tanto no resueltos en la profundidad del subconsciente, drenan de manera continua la energía creativa transformándola en loosh; podríamos resumir nuestro punto de vista en tres simples reglas:
  1. la percepción, anticipación y la atención consciente selecciona o bloquea posibilidades;
  2. la resonancia emocional, los supuestos arraigados y las creencias subconscientes atraen posibilidades;
  3. la élan vital actúa como la carga mangnética que atrae o repele posibilidades sobre las que se resuena emocionalmente.
Cuando hablamos sobre los contextos de realidad hicimos la analogía informática de que se podrían considerar como el sistema operativo mental; enfatizamos este punto de vista, dado que cualquier proceso creativo (producto del software mental) tendría un desempeño pobre e incluso detrimental si la plataforma sobre la que se ejecuta está viciada. En este sentido, la pista correcta en más de una oportunidad nos la proporciona la equivocación; y si hay algo que abunda en la vida humana son los errores. Pero la equivocación, como el doctor Freud descubrió, es mucho más que el mero error, dado que necesita del discernimiento para distinguirlo del traicionero inconsciente: el acto fallido permite reconocer que los seres almados no somos los dueños completos de la botonera del cuerpo humano... hay dedos accionantes que desconocemos como propios: de sus Obras Completas, en el capítulo sobre la Psicoterapia de la Histeria leemos:
El material psíquico patógeno parece pertenecer a una inteligencia equivalente a la del yo normal. A veces, esta apariencia de una segunda personalidad llega casi a imponérsenos como una realidad innegable. [...] Hemos dicho que este material [patógeno] se comporta como un cuerpo extraño y que la terapia equivaldría a la extracción de un elemento exógeno de los tejidos vivos. [...] el grupo psíquico patógeno no se deja extraer limpiamente del yo. Sus capas exteriores pasan a constituir partes del yo normal, y en realidad, pertenecen a este último tanto como a la organización patógena.
Del mismo modo que un sueño desasosegado bien puede ser la picadura energética de alguna alimaña etérica, que encuentra apetecible las caóticas emociones oníricas del soñador empedernido, otros seres más sofisticados alteran u operan sobre las zonas oscuras del subconsciente, reptando incesantemente en la cacería de las hebras nerviosas que puedan dispararse en un evento que la ingenua vista pondere de manera inofensiva; el único mantra al que damos amparo es al de estar atentos: a ganarle incasablemente terreno al lodo inconsciente, y si es posible, convertirle en humus mental para que allí germinen y encuentren sustrato las semillas de la creatividad, el trabajo mancomunado y la interdependencia; del libro Dianética de Lafayette Ron Hubbard (cap. La Meta del Hombre):
Cuanto más consciente es el hombre, menos es un instrumento de "apretar un botón." En estado aberrado y reducido, puede hacérsele actuar, naturalmente, en un grado limitado, como una marioneta; pero entonces se entiende que cuanto más aberrada esté una persona, más se acerca al coeficiente de inteligencia de un animal.
Remover a estos indeseables cohabitantes forma parte del trabajo interior, y como vimos requiere de cuotas generosas de conocimiento interior y aprendizaje sobre la realidad entrópica en la que habitamos. La regla práctica es sencilla: estas entidades viven de las emociones negativas, promulgando el bajo FRV. Es entonces por medio de la intención y la transmutación de las emociones negativas en positivas cuando será posible elevar momentáneamente el FRV, que decantará en una mejor disposición de ánimo, aumentando la intuición y lucidez mental y reduciendo la pasividad y reactividad. A su vez, elevando el FRV de neutral a un humor positivo se facilitará entonces la conexión con los futuros probables positivos, incluso proporcionando ciertas líneas de comunicación con las entidades de consciencia superior positiva; de manera semejante, elevar el FRV de negativo a neutral, requiere de una dosificación del proceso, de forma de desanclar gradualmente del estado depresivo y reactivo, como si de una caja de cambios se tratara; del libro El Lenguaje de los Sentimientos de David Viscott:
Nuestros sentimientos son la reacción a lo que percibimos por medio de los sentidos y dan forma a nuestras reacciones frente a lo que percibiremos en el futuro. La persona que lleva dentro una gran dosis de enojo no resuelto, por ejemplo, pueden tender a hallar en el mundo que encara es un mundo también lleno de enojo y con ello justificar y perpetuar su propio sentimiento.

Creo que de esto cabe inferir que el mundo es en buena parte el que nosotros mismos nos creamos. En realidad, el mundo se halla mucho más bajo nuestra influencia de lo que la mayoría de nosotros advierte. Cuando asumimos la responsabilidad de nuestros sentimientos, asumimos, además, nuestra responsabilidad frente a nuestro mundo. En la comprensión de nuestros propios sentimientos reside la clave del dominio de nosotros mismos, la verdadera independencia, lo cual significa lograr el único poder real que merece ser obtenido. Si bien la idea implica que cada uno de nosotros actúa en forma autónoma, también significa que cada uno puede hacer mucho para reconstruir las piezas inconexas de su vida y llevarlas a una armonía. Sospecho, en verdad, que si cada uno aceptase la responsabilidad de poner orden en su propio mundo emocional, el mundo más amplio podría adquirir también mayor realidad, armonía y aun paz.
Esto debería resonar como una valiosa hebra de conocimiento para aquellos errantes peregrinos que entiendan como desdichado su trascender en estos parajes terrestres; cuanto más decadente parezca ser su suerte, más poderoso es el reverso de la moneda: han de comprender que su propia maquinaria mental ha sido vulnerada para confeccionar esta desventura, y por lo tanto, tan sólo reconociendo esto y poniéndose a trabajar en exonerar los traumas que resultan en manantiales de élan vital con que nutren a las entidades parasitarias que evitan la cicatrización de estas úlceras emocionales, más rápido podrán cambiar su realidad.(2)

El Grial como la Consagración Real,
nótese que se abdica no sólo la
corona sino el báculo de poder
Quizá la regla de aplicación más importante a considerar es que cuando se sopesen las múltiples posibilidades negativas sobre un acontecimiento futuro, no se crea en el fondo que dichas posibilidades son inevitables, y por lo tanto se disparen las emociones de aprensión y pavor; es decir, que cuando el conocimiento ilumine aquellas graduaciones más bajas en la escala del FRV, no se aplique un sistema de creencias detrimental que desencadene emociones nocivas, ya que de esta forma se estarán anclando situaciones negativas con las cuales se reenfatizará la creencia sobre los contextos de realidad. La diferencia estriba entre la prudencia y la paranoia: entre la anticipación mental y la especulación emocional. Es posible estar atento a las posibilidades negativas pero manteniendo una nula inversión de las propias emociones.

El hecho de anticiparse a las posibilidades negativas, nos proporciona la atención consciente sobre ellas, y dado que la atención bloquea, se previene su manifestación; manteniendo una actitud balanceada, impasible y prudente (en vez de paranoide y temerosa), se evita que ingresen al juego las emociones que se asocien a dichas posibilidades negativas, y esto concluye en que se previene atraerlas. Luego de advertir consistentemente que esta técnica conduce a buenos resultados, más allá de la expectativa consciente de los problemas en cada caso, la confianza subyacente en esta técnica asegura que las propias emociones y el élan vital, resuene y atraiga respectivamente, con el futuro que se desea experimentar.

Y en consonancia con la posibilidad de llevar esta técnica a una escala planetaria (¿quizá logrando un retorno a la realidad edénica como la visión de Robert Monroe, Kenneth Ring, John Keel o Neville Goddard?), invitamos a reflexionar sobre las palabras de Thomas Minderle en su introducción a las Dinámicas de las Egrégoras:
Este es el estudio de las Dinámicas de las Egrégoras: cómo las vibraciones influyen en la experiencia, y viceversa: cómo la experiencia influye en las vibraciones. La simplicidad de correspondencia entre la vibración del alma y la experiencia personal esconde la naturaleza asombrosa de sus implicaciones. Por ejemplo, la dinámica de reinos explica cómo nuestras experiencias diarias son los efectos finales de procesos hiperdimensionales: por qué la gente con mentalidad de víctima y aquellos con patrón de victimario se atraen entre sí, cómo la disonancia entre individuos atrae desencadenantes sincrónicos de confrontación, cómo aprender una lección antes de tiempo impide que se manifieste en la experiencia, por qué un corazón puro protege del peligro, y cómo los caminos de individuación en el próximo Cambio son diferentes grados de, precisamente, el mismo fenómeno.
En la próxima entrega, meditaremos sobre las implicancias del FRV y el eventual cambio de densidad al que se está encaminando nuestra realidad planetaria.

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