Robert Monroe: una visión luminosa sobre la evolución

Habiendo comentado los escritos de Robert Monroe sobre el actual estado de nuestro planeta como el Jardín o Molino de los Dioses, proveedor del maná etérico de las entidades parasitarias, intentaremos verter algunas de las visiones que tuvo en sus reveladores viajes astrales hacia los futuros posibles de la evolución humana.

Uno de los descubrimientos más interesantes de Monroe fue que el planeta se encontraría envuelto en anillos o bandas espectrales, de un color gris o marrón profundo, en donde los individuos se congregan luego de la muerte física, durante un tiempo variable, en función a la resonancia vibracional y a su sistema de creencias. Las bandas espectrales fueron descritas en el libro Viajes Lejanos, de acuerdo a su orden de aparición y progresión hacia las zonas más exteriores del planeta, las cuales estarían divididas en sub-anillos y ocupadas por diferentes clases de entidades descarnadas. En definitiva, estas envolturas vibracionales funcionarían como un cerrojo para aprisionar almas una vez descarnadas del cuerpo físico.

La Primer Banda aparecía poblada de entidades con problemáticas en la impronta de la supervivencia básica, y se encontraban fuertemente sometidas al concepto de espacio-tiempo. Desde el punto de vista de las entidades superiores con las que Monroe comulgaba en sus viajes astrales, esta primer banda reflejaba “una masa de radiación de pensamiento caótico, sin dirección.”

El primer sub-anillo de la Primer Banda estaría ocupada por entidades exógenas que todavía intentaban participar de la vida física, pero sin éxito y parecían no estar al tanto de nada más; mientras que el segundo sub-anillo estaba conformado por seres aun en conexión a un cuerpo físico, en evidente estado OBE (out-of-body o viaje astral), procurando alcanzar el estado de vigilia (es así, que cuando lo alcanzan, y despiertan en su cuerpo físico, desaparecen de este sub-anillo). El tercer sub-anillo estaría ocupado por entidades exógenas que han abandonado la existencia física pero que no están consciente de ello, e intentan continuar con su vida acostumbrada, persiguiendo a sus seres queridos y muchas veces acoplándose emocionalmente con ellos (Monroe observó que este sub-anillo era uno de los mayores impedimentos para el desarrollo de la humanidad, y concluyó que el número de entidades se iría incrementando si el conocimiento humano ignoraba la existencia de estos apegos espirituales y continuaba programando la sumisión emocional en la niñez). El cuarto sub-anillo, poblado por entidades con apegos a la realidad física pero que se han dado cuenta de su situación descarnada; estas entidades han adoptado la actitud de “vale todo” y se expresan en distopías (réplicas bizarras) de nuestra realidad física.

La Segunda Banda contenía en su primer sub-anillo entidades exógenas que reconocen haber descarnado, pero su sistema de creencias no admite otra posibilidad de existencia, notando Monroe que estas entidades permanecen en una pasiva expectativa. El segundo sub-anillo estaría poblado de entidades con un poderoso sistema de creencias que les permitiría proyectar un faxímil de su propia realidad (probablemente se trate de los Teócratas y la Colegiatura Invisible mencionados en el libro War in Heaven). Estas entidades se congregan en diferentes realidades con sólidas estructuras jerárquicas entre sus miembros (egrégoras del tipo ministro/feligreses); siendo este sub-anillo probablemente el más nutrido de todos y por lo tanto el más manipulador, llegando sus tentáculos a la realidad física terrestre, en forma de sectas secretas y religiones organizadas.

La Ultima Banda comprendería a las entidades más avanzadas que en ufología se conoce como los que Detentan el Poder o en la jerga rosacruz los Arcontes: seres de Cuarta Densidad de Servicio a Sí Mismo, con una gran capacidad de manipulación de la realidad física y que exhibe una tecnología psíquica que dista de cualquier posible elucubración humana. (1)

Se nos informa que cerca del año 3000 estas bandas desaparecerán, encontrándonse un único anillo que irradia una prístina luz, ya sin discordancias ni distorsiones; sobre el planeta ya no habrá ciudades o signos de industrialización; el aire será límpido habiéndose restaurado el balance ecológico. Al cuestionar que había ocurrido, la entidad de consciencia superior que acompañaba a Monroe, le comenta que el balance fue restaurado por diseño y no por un cataclismo seguido de un rebobinado azaroso a un situación saludable; ya no había gente viviendo en zonas densamente pobladas, y esto era también por diseño. De hecho el planeta se hallaba en una diferente frecuencia vibracional: la presencia de Bandas estaba asociada al proceso de encarnación simultánea.

Monroe eventualmente logra comunicarse con las entidades que habitan el planeta y que ya no utilizan un medio verbal para expresarse, ni tampoco un cuerpo físico (al que se refieren como los “contenedores,” de igual forma que en mucha de la literatura ufológica), salvo ocasionalmente. Estos cuerpos se manifestan a través de pensamientos focalizados y utilizan la materia terrestre disponible y se mantienen en “capullos energéticos” que los preservan para cuando se requieran; en las Transcripciones Cassiopaea del 14 de Septiembre de 2002 hallamos un interesante refuerzo, enfocado en nuestra concepción del embrión áureo:
P: (J) Se dijo una vez algo sobre los seres bi-densidad. Eran como híbridos entre seres de cuarta densidad y un ser tercera densidad. ¿O puede que tal individuo sea un ser humano genéticamente mejorado?
R: Los humanos fueron una vez “bi-densidad.” Y algunos podrán serlo de nuevo de manera natural. Aquellos de “fabricación” de 4D SAS son similares. Basta con pensar en ellos como un tipo de portal orgánico con características sobredimensionadas.
Diseño artístico en la obra Poem,
considerar la Cauda Pavonis alquímica
y el retozante Onos Agôn Mysteria
Estas entidades, aun al ocupar un cuerpo, pueden transmutar la materia, manifestando una elevada capacidad de aprendizaje, experimentando la “consciencia planetaria” desde el punto de vista de cada especie que la habitó; curiosamente en el Material Seth (Seth Speaks) resuena una idea similiar que se asocia con el tiempo simultáneo:
Vuestro planeta Tierra me ha sido muy querido. Ahora puedo enfocar mi consciencia hacia él y, si así lo decido, experimentarlo de igual modo que ustedes; pero también puedo percibirle de muchas otras maneras que ustedes no podrían en vuestro tiempo.[...]
Cada persona, tanto los que están vivos —en sus términos— como los que han muerto, tiene una visión propia del mundo, y dicha “imagen viva” existe más allá del tiempo y el espacio. Y puede ser percibida por los demás. Cada visión del mundo existe en su propia particular “frecuencia,” y es posible de sintonizar sólo por aquellos que están más o menos en la misma frecuencia... Es bastante posible sintonizar con la visión del mundo de cualquier persona —en sus términos, viva o muerta.— La visión del mundo de cualquier persona, incluso si aun no ha nacido —desde vuestro punto de vista,— sin embargo sí existe.
Asimismo, estas entidades demuestran haberse despojado de la impronta de la supervivencia basada en el servicio a sí mismo y la consciencia enfocada en el cuerpo físico (engrandecimiento del ego), exhibiendo un amplio rango de experiencias que parte de lo más trágico de la experiencia humana a lo más sublime; ya no necesitaban dormir y su alimentación la realizaban a través de la energía que los rodeaba (probablemente relacionado al concepto de energía orgón del doctor Wilhelm Reich).

Como dato de color para el ojo entrenado, las entidades comentan a Monroe que los seres espirituales que arriben a la Tierra en aquel momento, deben experimentar al menos un ciclo de existencia en la realidad humana previo al cambio de frecuencia del planeta; e incluso aquellos que se graduaran del nuevo ambiente, luego del año 3000, ya no regresarían al planeta Tierra: no requerirían de experimentar la forma física y podrían acceder a niveles de densidad aun más sublimes. Permítasenos concluir con el siguiente extracto del notable John Keel de su libro Eight Tower:
Tal vez los hombres han pasado por todo esto antes. Tal vez hace 100.000 años, o hace cinco millones de años, había seres inteligentes que descubrieron estas energías y las usaron. Al igual que nosotros, ellos comenzaron con las ciencias pragmáticas y, finalmente, sus científicos, tal como los nuestros, se vieron confrontados con lo inesperado, lo inexplicable.
Una vez que lograron una comunicación directa y consciente con esta Fuerza, los valores de su mundo material se volatilizaron. La unidad con el cosmos eliminaría la necesidad de dinero, de productividad, de una organización civilizada. Toda la población llegaría a ser como aquellos dispersos ascetas que se sientan en trance en cuevas, disfrutando de Dios: la unidad de éxtasis total con el Todo.
Nuestro mundo se desaceleraría lentamente hasta por fin detenerse, a medida que esos fragmentos esquivos de energía que llamamos conciencia, abandonen nuestros cuerpos para reunirse nuevamente en la unidad primordial: será cuando el Aura de la Tierra, que ahora es indiscutiblemente oscura, de un color marrón sucio, se convertirá en dorada otra vez.