Parásitos, percepciones y densidades

Posaremos nuestros ojos en un drama más simple, buscando la forma de explicar lo que de otra forma nos es invisible a nuestros sentidos físicos. Quizá Sam Gamyi, el jardinero y escudero del Portador del Anillo, nos podría brindar sus consejos ya que se habrá enfrentado más de una vez a una plaga parecida.

La Cretona es una planta originaria de la India de hojas coloridas, conocida entre sus variedades como Arc en Ciel; posee hojas dentadas en forma de cardiode con distintivas áreas de diferentes tonalidades de colores (rojos, amarillos, verdes y violáceos); florece en función de la luz que recibe con diminutas inflorescencias en forma de espiga de colores violetas, azules y blancos.

Hay diferentes variedades de esta planta, en general cuanto más coloridas, claras y finas sus hojas, más azúcar contiene su clorofila, y por lo tanto, más susceptible a los parásitos. Quizá, el principal parásito de esta planta sean las hormigas, sin embargo no lo es de manera directa dado que la hormiga no puede ingerir y procesar directamente el néctar de los tallos.

Es común ver hormigas ocupadas
en su ganado de cochinillas a lo
largo del tallo de la planta
Ocurre entonces que las hormigas crían un ganado de cochinillas algodoneras; las cochinillas poseen un sistema digestivo con enzimas especializadas en suprimir los cristales presentes en las células vegetales de la Cretona que son tóxicas para otras variedades de parásitos, y secretan un especie de miel para las hormigas; y estas a cambio, utilizan sus mandíbulas para realizar pequeñas incisiones en el tallo de la planta (de otra forma, la cochinilla sólo podría parasitar las hojas de la Cretona).

La forma de defensa de la planta ante una infección de cochinillas es secando y eliminando las hojas afectadas, previamente enrollándolas de manera de aislar físicamente las nuevas larvas del parásito. Sin embargo, la planta no tiene un esquema de defensa al ser atacada por hormigas que perforen su tallo para que las cochinillas armen allí sus nidos. Sin la presencia de un jardinero que elimine los parásitos, la planta muere.

En términos sencillos, la planta no concibe un ataque que pudiese ser perpretado por un insecto que no asimile su clorofila. El ojo entrenado quizá comprenda la analogía que estamos revelando: un parásito más inteligente hace uso de otro para realizar el trabajo sucio, obteniendo grandes beneficios energéticos con una mínima inversión.

Debemos comprender que la planta tampoco percibe los parásitos y agresores de la misma forma que nosotros; en su visión unidimensional de la realidad, procesa información en la extensión de su cuerpo vegetal y asocia la pérdida de azúcares y líquidos como un potencial predador, lo que hace que sintetice una mayor cantidad de cristales de arsénico para disuadir al agresor.

Llevado a nuestra realidad humana, ¿podríamos realizar una brava analogía? Tal vez podríamos atrevernos a tomar el papel de la agredida cretona, y asociar a las cochinillas con factores atacantes conocidos; estos podrían tomar el papel de situaciones, personas e incluso animales que nos ponen en una drama de drenaje emocional con los cuales debemos lidiar de manera cotidiana, pero el verdadero agresor, aquel que inteligentemente se dedica a buscar el punto débil, permanece en tinieblas. Debemos considerar la posibilidad de este factor exógeno y elaborar estrategias que lo consideren en nuestra realidad cotidiana, porque la defensa mecánica y reactiva sólo nos terminaría secando.

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La interfaz espiritual (II)

Jacques Vallée en más de una oportunidad se aventuró como observador en varios experimentos parapsicológicos. Si bien su área de investigación siempre estuvo relacionado a las matemáticas, en especial a las ciencias de la computación, encontró una forma creativa de mezclarse con los investigadores de lo paranormal, y eso sin mencionar su extensa trayectoria en el análisis de UFO o en sus palabras: fenómenos aéreos anómalos.

El doctor Vallée estableció una interesante racionalización informática sobre los procesos de Visión Remota, esto es, la capacidad de elucidar un objeto o lugar sin los sentidos físicos, utilizando lo que comúnmente se denomina como percepción extrasensorial; su hipótesis de trabajo gira alrededor de una simple cuestión que en informática se conoce como técnicas de recuperación de información (information retrieval). La forma de explicar fácilmente esto se relaciona a cómo una típica computadora almacena y recupera bits, siendo un bit la unidad mínima de información (la abstracción de un valor binario 0 ó 1, es decir, como un interruptor: apagado o encendido).

Dentro de los componentes electrónicos de las computadoras se encuentra la RAM o memoria de acceso aleatorio; las pastillas de RAM trabajan como una interfaz para acceder, reorganizar y manipular la imagen de los estados binarios electromagnéticos; los tipos iniciales de RAM evolucionaron de burdos interruptores mecánicos (como los relés), pasando por lámparas incandescentes, núcleos de ferrita, a conjuntos (arrays) electromagnéticos como los actuales, donde la imagen binaria es almacenada en material sólido dieléctrico. Es interesante analizar esto desde una perspectiva más amplia: obsérvese que el estado de la computadora -la imagen binaria de sus procesos- no es física sino electromagnética, y las pastillas de RAM son simples interfaces físicas que facilitan la lectura y escritura.

El ojo entrenado tal vez pueda observar una curiosa analogía con respecto al cerebro y la mente humana; del notable aunque también cuestionable libro War in Heaven de Kyle Griffith:
Una mente está en el cerebro del cuerpo físico,(1) y la otra está en el alma [conformada de materia] astral, y ambas tienen consciencias separadas. Normalmente, la mente astral es consciente mientras el cuerpo duerme, en cambio, mientras la mente física está despierta la astral se apaga. Aunque es posible en determinados estados de conciencia alterada que las dos mentes puedan estar conscientes simultáneamente.
Durante su presentación en The Software of Consciousness, Vallée incursiona en esta idea, basándose en una caótica investigación que desarrolló junto a Ingo Swann y Richard Bach (decimos caótica porque así la define Vallée luego que la primer fase de descubrimientos fuese interferida, donde investigadores e investigados cayeron en grandes disputas emocionales y financieras, y los resultados terminaran como clasificados por las agencias gubernamentales, sin que pudiesen publicarse determinadas conclusiones).

En definitiva, en términos informáticos hay básicamente dos formas de acceder a un bit: directamente, leyendo el dato en la celda de memoria o indirectamente, accediendo a la dirección informada en una celda de memoria. Con los resultados obtenidos en la investigación, era concluyente que los investigados obtenían datos a través de medios no físicos entonces, ¿de qué forma lo hacían?

Direccionamiento directo
Direccionamiento indirecto
El doctor Vallée concluye con que es necesario conformar un nuevo modelo de entendimiento de la consciencia, con el objetivo de dar explicación a ésta u otras investigaciones del campo de la percepción extrasensorial. ¿La consciencia interpela a otra consciencia que conoce el dato a buscar? En el caso de un experimento doble ciego, ninguna consciencia conoce dicho dato hasta que el experimento concluye y se contrastan los resultados, ¿entonces la inquieta consciencia se adelanta en el tiempo en que alguna otra conozca dicho dato?

¿Tal vez existe un repositorio universal de información donde se encuentren todos y cada uno de los posibles estados de un determinado universo en un tiempo dado? Si esta base de datos global existiese, una consciencia con determinado Conocimiento (ya sea consciente o en su esencia) podría obtener cualquier información simplemente accediendo por medio de las coordenadas o parámetros de búsqueda, y explicaría casos como el de Michel de Nostradamus. ¿Podríamos incluir aquí el concepto teórico de Campos Morfogenéticos del doctor Rupert Sheldrake, aquellos bancos con información que son utilizados como datos estructurales por los organismos vivos? Carl Friedrich von Weizsäcker postula en Tiempo y Conocimiento (Zeit und Wissen) de manera elegante su teoría de física digital:
En el sentido de la física tradicional, la información no es ni materia ni energía. En cambio, la idea de información nos lleva a dos aspectos contrarios a la materia: forma y consciencia.
En cualquier caso, la simple explicación bioquímica del cerebro y la memoria pareciera ser insuficiente. ¿Tal vez, y aquí especulamos, el cerebro es una interfaz con un grado de densidad más sutil? Si así fuera, sería posible para nuestra mente, en determinados estados, acceder a repositorios externos y explicar la telepatía... al fin y al cabo, ¿nada más marginal que intercambiar mensajes configurados en grafos de plasma quizá? Del libro Los Brujos Hablan de John Baines:
En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material.

La biología de los cuerpos sutiles

Paralelamente a los artículos sobre la interfaz espiritual, expondremos un poco de material marginal que a diferencia del anterior no puede ser sustentado científicamente, al menos por el momento. La mayoría de las referencias provienen de fuentes, tanto modernas (Teosofía, Ufología y Clarividencia) como antiguas (Vedanta y Taoísmo); utilizaremos la terminología moderna occidental y citaremos las analogías orientales más próximas.

Hemos visto que el cuerpo etérico se puede considerar como una matriz de potenciales donde la materia corpuscular (física) se acopla como herrumbres a un campo magnético; este cuerpo sutil tiene su soporte en el cuarto estado de la materia y se puede entender como el entramado energético que sustenta los procesos bioquímicos de un organismo vivo.

El cuerpo astral cumple una función análoga a la que el cuerpo etérico lo hace con el físico; la materia astral es aun más sutil que la etérica, y al igual que hemos vinculado el cuerpo etérico con la materia oscura (plasma oscuro), la materia astral encajaría perfectamente con la científicamente denominada energía oscura. Ambos cuerpos sutiles pertenecen a la cuarta densidad y sirven de interfaz con la quintaesencia o Cuerpo Esencial; este cuerpo es de extrema sutileza y podríamos situarlo en la quinta densidad del Modelo Ra/Cassiopaea ya que no se trataría de materia sino ya de energía pura. Al Cuerpo Esencial también se lo denomina Matriz Etérica, esto es, el molde eterno de donde surgen los demás cuerpos más densos. El cuestionado libro de Kyle Griffith: War In Heaven (Guerra en el Cielo) comenta al respecto:
El alma es en realidad un cuerpo astral, conformado por una forma especial de materia. Esta materia está compuesta de partículas subatómicas, como la materia ordinaria, pero con diferentes propiedades. Llamemos a esta forma especial materia astral, y la forma ordinaria materia física.
Las partículas subatómicas que componen la materia astral tienen diferentes propiedades que las partículas que componen la materia física. Los físicos de la Tierra han nombrado y descrito algunas de estas propiedades, tales como la masa, spin [giro] y carga eléctrica. También se tienen términos como "encanto" en su vocabulario para las propiedades que la comunidad científica aparentemente entiende mucho menos.
La principal diferencia entre la materia astral y la materia física es que todas las partículas subatómicas astrales poseen mucha menos masa que las partículas equivalentes de la materia física. Las cargas y las relaciones de masas de las partículas de los átomos astrales son aproximadamente las mismas que las de los átomos físicos.
En otras palabras, las partículas que componen el núcleo de un átomo de materia astral tienen una carga eléctrica positiva o neutra, y su masa es mayor que la de las partículas cargadas negativamente que giran alrededor del núcleo. Sin embargo, las partículas subatómicas astrales equivalentes a los protones y neutrones físicos son mucho más diminutos que los electrones físicos. Consideren que sus físicos a menudo describen los electrones físicos como de "masa insignificante" en comparación con los protones y los neutrones físicos, esto significa que la masa total de átomos astrales es extremadamente pequeña.
Tanto Gurdjieff como Ouspenski hablaban de los "yoes:" estos egos forman la personalidad del individuo, cada uno con sus inquietudes, intereses y objetivos, donde la finalidad del Cuarto Camino es fusionarlos de manera de lograr que se normalicen las emociones caóticas y los objetivos superpuestos. Análogamente, el objetivo final de la Alquimia es la eliminación de las impurezas y la sublimación de la materia; en definitiva, una forma velada de decir exactamente lo mismo: las impurezas de la personalidad o yoes son los samskaras de los escritos vedas y la Consolidación del Sub-Mayordomo del Cuarto Camino tiene su contrapartida alquímica en el nacimiento de la supraconsciencia, nuestro Infans Solaris, hito singular y de características ontológicas que se desencadena cuando el Nigredo transita hacia el Albedo durante la encumbrada Teofanía Mineral.

Cada samskara se genera por una herida emocional, y es por ello que tenemos más de una acepción para el término; para generalizar sin perder semántica, podemos definir un samskara como un condicionamiento mental negativo. El cuerpo astral está formado por samskaras o yoes, y cada uno de estos yoes puja por sus intereses en general bastante egocéntricos. Samuel Sagan nos enseña en su libro Regresión, Terapias de Vidas Pasadas (capítulo V):
Un entendimiento clave es que el cuerpo astral está hecho de samskaras. Su misma naturaleza es reactiva y se aferra, y su sustancia es como un mar de samskaras, algunos grandes, otros pequeños, algunos más relacionados a las emociones y otros más relacionados a los pensamientos. Aún cuando el cuerpo astral no tiene unidad y consiste en un montón de parches distintos que no coinciden, todas sus partes están estrechamente relacionadas.
Una divertida analogía entre la Alquimia y la Informática representaría al Yo Real como la CPU o procesador; y los yoes o samskaras serían las aplicaciones, todas orientadas a correr sin importarle las demás (esencialmente egocéntricas); estas aplicaciones consumen tiempo y recursos del procesador cada vez que se ejecutan; sin embargo, si se lograra unificar bajo un robusto sistema operativo que controlara las asignaciones de recursos entre las aplicaciones heterogéneas, se lograría un sistema unificado que correría suavemente y a su vez fuera user-friendly (es decir, orientado a servir al prójimo).

Los cuerpos sutiles de 4D son
la interfaz del Espíritu en 5D
Ahora bien, ¿a qué se debe este supuesto desbalance de los samskaras o yoes? Y aquí ingresa una componente bastante marginal: la percepción del Tiempo; los yoes o samskaras se encuentran en cuarta densidad y pertenecen a un único cuerpo sutil de energía oscura. ¿Pero por qué hay tantos yoes? Básicamente porque en cuarta densidad, donde reside nuestro cuerpo astral, no existe el tiempo; en dicho repositorio de energía oscura, nuestra mente humana está enmarañada con distintas versiones de nosotros mismos en algún otro punto de la realidad física de tercera densidad. Del libro CE-VI: Encuentros Cercanos del Tipo Posesión del psicólogo William Baldwin:
La personalidad de la última vida, de hecho todas las personalidades de las vidas pasadas y potenciales futuras, están contenidas dentro de la esencia del alma, junto con los recuerdos y los guiones de las vivencias de todas las vidas del individuo. Todo el abanico de las vidas pasadas y futuras, en este planeta o en otros lugares, está disponible para el individuo en un estado alterado de conciencia. El flujo lineal del tiempo es un artefacto del universo físico, que se experimenta únicamente al estar encarnado en la forma física. Las vidas pasadas y futuras no parecen estar dispuestos en esta forma lineal.
Nuestro Yo Real en quinta densidad se proyecta en cuarta densidad a través del cuerpo astral, y de este único cuerpo emanan los diferentes cuerpos etéricos que conforman los ligamentos energéticos de las instancias físicas de nuestros cuerpos humanos en tercera densidad. Es por eso que, un tema no resuelto en otra vida, queda remanente en su huella astral en cuarta densidad, afectando otras instancias en tercera densidad; continua el doctor Baldwin:
Muchas personas rechazan la idea de buscar los problemas en una vida pasada, ya que dicen tener suficientes problemas en la vida presente. Esto suena razonable. Sin embargo, en la práctica clínica, los clientes descubren que presentan conflictos en esta vida y los problemas a menudo se deben a un trauma que se desencadenó en eventos de vidas anteriores. Las memorias de vidas pasadas pueden venir en muchas formas: la experiencia de un déjà vu; sueños recurrentes, ya sea en una ubicación específica, o de un evento aterrador; un miedo infundado inexplicable, o una fobia paralizante. Las personas que temen el agua, o a hablar en público, o le tienen miedo a las alturas (por nombrar sólo unas pocas fobias comunes) a menudo descubren el recuerdo de haberse ahogado, o haber sido ahorcado o quemado en la hoguera ante una multitud, o la caída desde un lugar alto en otra vida. Al ser estos traumas de vida anteriores explorados y resueltos en sesiones de terapia, las fobias dejan de existir.

La interfaz espiritual (I)

Hemos visto con anterioridad las Densidades de Consciencia e intentamos entrever nuestro papel en las Escalinatas de la Creación. Mucho se ha hablado de la Cuarta Densidad y la posibilidad de encontrarnos en las orillas de un eventual cambio global, sin embargo poco comprendemos hasta qué punto estamos interconectados y como la biología de nuestros cuerpos se entrelaza con el Fuego de los Alquimistas.

El fuego con el que se cocina habitualmente es un plasma ígneo: la materia se encuentra ionizada y debido al incremento de energía (aceleración) en sus partículas, emite luz y calor. Esto no es nada nuevo, salvo que no se nos debe pasar por alto que el plasma forma parte de los demás estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso; en los cuatro casos, se trata de la misma materia pero con un grado de mayor aceleración (energía que se inyecta) que provoca el cambio de estado de uno en otro. Algún ojo entrenado podría especular que todo se trata de lo mismo, es decir, Energía, a través de la famosa E=mc2 einsteiniana y Louis de Broglie nos sugeriría mediante su hf=mc2 con que todo el secreto está en la frecuencia de las vibraciones. Para ejemplificar aun más lo cotidiano y extraño de todo esto veamos a través de Fulcanelli a qué nos referimos (del capítulo V de las Moradas Filosofales):
Decir, por ejemplo, que dos volúmenes de hidrógeno combinados con un volumen de oxígeno dan agua es anunciar una trivialidad química. Y, sin embargo, ¿quién nos enseñará por qué el resultado de esa combinación presenta, con un estado especial, caracteres que no poseen en absoluto los gases que la han producido? [...] Por una parte, si el hecho es innegable y está rigurosamente controlado, ¿de dónde procede el que nos resulte imposible reproducirla por simple lectura de la fórmula encargada de explicar su mecanismo? Pues falta, en la notación H2O el agente esencial capaz de provocar la unión íntima de los elementos gaseosos, es decir, el fuego. Pero desafiamos al más hábil químico a que fabrique agua sintética mezclando el oxígeno con el hidrógeno en los volúmenes indicados: ambos gases rehusarán siempre combinarse. Para tener éxito en la experiencia, es indispensable hacer intervenir el fuego.
En este ejemplo, y a lo largo de sus libros, Fulcanelli hace mención continua sobre el Fuego de la Materia y la purificación (solve et coagula) del Alma del Hombre. Si nos ponemos poéticos, y sin perder generalidad científica, podríamos asegurar que el Fuego —el plasma ígneo— es el Alma del Agua. Para unir las dos medidas de hidrógeno y la de oxígeno necesitamos plasma. De hecho, pareciera que cualquier enlace químico, que en particular el del agua es un covalente polar, requiere de la chispa o fuego o plasma. En el controvertido libro War in Heaven de Kyle Griffith, se profundiza sobre la naturaleza de este Fuego y su correlato con la materia inorgánica (capítulo X):
La diferencia entre la materia viviente y la no viviente es que la materia viva está ligada a la materia astral, pero no así la materia no viviente. Moléculas orgánicas complejas de materia corpuscular pueden formar un enlace químico con moléculas similarmente construidas de materia astral, y la estructura resultante muestra las características de la vida: la irritabilidad y la capacidad de reproducción.
Este proceso es muy complicado, y su conocimiento de la física no es suficiente para entender todo por completo. He aquí un intento de explicar por qué la materia astral puede reaccionar químicamente con la materia física sólo dentro de las moléculas vivas y no dentro de las moléculas más simples: tiene que ver con las frecuencias vibratorias de los fotones producidos cuando los electrones tanto de la materia física [corpuscular] como la del astral cambian de nivel de energía [¿salto del nivel de órbita electrónico?] dentro de las moléculas orgánicas complejas. Estas frecuencias al ser las mismas permiten que fotones físicos se conviertan en astrales y viceversa.
Esto ocurre sólo en ciertos tipos de moléculas, no en todas. Estas conversiones de energía permiten un tipo de enlace químico que se produce si las dos moléculas son lo suficientemente similares.
Es posible ejemplificar la sutil presencia del plasma (materia astral) en un simple madero y observar cuánta energía se encuentra almacenada en los enlaces orgánicos de la celulosa. Inflamemos el leño y veamos como el Fuego se escapa de su cárcel material dejando las cenizas de sus componentes físicas: monóxido de carbono, lignina y carbono. Observemos que la energía liberada como plasma ígneo estaba encerrada como plasma en los enlaces covalentes de la celulosa.

Según la NASA, la materia no bariónica representa bastante más del 90% de la materia en el universo, conformado por casi 25% por plasma oscuro y casi el triple para la energía oscura, quedando bastante menos del 5% para la materia densa (corpuscular) que forman nuestros cuerpos físicos.

Ahora bien, el empalme con las ciencias biológicas es directo, pues ¿cuánta agua hay en nuestros cuerpos? Entonces, el Alma del cuerpo físico, nuestro cuerpo etérico, es sin duda la suma de todos aquellos fuegos presentes en las moléculas orgánicas (tal vez sea mucho más que la suma, pues además trabajan y cooperan como un todo); lo importante a destacar es que este cuerpo etérico está formado de plasma, el cuarto estado de la materia, de una sutileza mayor que el grosero cuerpo físico. Es interesante esto pues ningún biólogo podría dejar de arriesgar que, dada la presencia de procesos biológicos para tan bajo margen en la materia física, iguales o parecidos se deberían poder observar en el plasma; en este sentido a Griffith se le informa:
Parte de la energía electromagnética generada químicamente por los procesos metabólicos de la célula se convierte en energía astral por los enlaces entre las moléculas físicas y astrales. Esta energía fluye dentro de la materia astral que compone el alma, suministrando la alimentación de sus diversas funciones y proporcionando materia prima para la regeneración de su materia astral. En otras palabras, un tanto de energía electromagnética se convierte en energía astral, suministrada al alma, y allí convertida en materia astral para llevar a cabo el crecimiento y reparación celular.
El plano astral es en realidad el nivel más alto en la cadena energética por sobre el plano de la Tierra [físico], lo que significa que recibe menos energía útil total. Las plantas convierten la energía solar en energía química. Cuando los animales comen las plantas, absorben esta energía y hacen uso de la mayor parte para su crecimiento, la reparación tisular, para moverse y otras actividades. Sin embargo, parte de ella también se convierte en energía astral y traspasa al alma [alma somática o cuerpo etérico].
Como cada uno de estos procesos de conversión de energía son deficientes, cada eslabón de la cadena de la energía tiene acceso a una menor cantidad que el nivel inferior.
Esto refuerza nuestra idea sobre un eslabón invisible en el ápice de la pirámide alimenticia y también apunta a que los complejos psicológicos autónomos (las almas errantes jungianas) se alimentan silenciosamente de los seres vivos que han parasitado. ¿Estos parásitos serán las extensiones ocultas del sistema de control hiperdimensional?

De Guachos, Brujos y Bodhisattvas

Ver desde una óptica diferente la realidad puede arrojar nueva luz sobre hechos que se creen conocidos, e incluso aportar un nuevo paradigma a cómo enfrentamos lo cotidiano. En determinadas condiciones la suma, quizá matemáticamente despreciable, de seres esclarecidos pueda aportar una nueva posibilidad a lo que ya se creía perdido o conquistado.

La histriónica concepción de la futilidad de la vida humana, donde se nace, crece y eventualmente más allá de todo esfuerzo o desborde, se muere parece deshonrar la concepción espiritual de la existencia. Dentro del sistema, denominemosle educativo o de buenas costumbres si se prefiere, el ser humano debe, ante todo obedecer: estudiando, trabajando y formando una familia; el programa estándar con un poderoso sector de booteo que intenta exonerar cualquier misión que pudiera traer incorporado en su esencia la entidad que encarna, parece marchar directo a la imposición de un sistema base mecánico que se ubica en lo profundo de la psiquis; susurrando a grandes voces desde la colegiatura rosacruz, John Baines nos persuade en su libro Los Brujos Hablan:
Sostenemos que no puede haber un verdadero progreso espiritual y moral si el hombre no corta el cordón umbilical que lo une al computador central de la especie, el cual sustenta las características "bestiales." Este acontecimiento memorable, único, trascendental e irreversible, es el que se lleva a cabo en el seno de las verdaderas escuelas herméticas. Las otras, en cambio, no tocan para nada el alma animal del estudiante, limitándose a impartirle determinada enseñanza, la cual, con seguridad, será utilizada para bestializar aún más la inteligencia.
Carlos Castaneda denominaba a este sistema operativo la mente del predador; y parece muy adecuado su término; en las Transcripciones Cassiopaea se lo ha relacionado con el Complejo-R (interesante a dónde nos lleva la R): como si se tratara de un basamento exógeno, esta instalación foránea actúa como un virus colonizador, interceptando cada invocación a las system calls del sistema operativo mental, en busca de cualquier irregularidad que pudiese atentar contra su seguridad y dominio.

Todo esclarecido se habrá topado en más de una oportunidad con un comportamiento errático cuando se intenta despertar a otro, incluso aun si se está honrando su solicitud; es que es necesario medir adecuadamente la dosis de Verdad: la mínima cantidad que la mente consciente no pueda digerir será interceptada por la mente del predador e instantáneamente toda la artillería del Complejo-R se desplegará para destruirle. El profesor Tolkien solía hablar de los Montaraces, como despectivamente se los conocía en la Aldea de Bree, aunque para los ojos que sabían ver, eran Reyes en Exilio:
Los hobbits no entendieron estas palabras, pero mientras Tom hablaba tuvieron una visión, una vasta extensión de años que había quedado atrás, como una inmensa llanura sombría cruzada a grandes trancos por formas de hombres, altos y torvos, armados con espadas brillantes; y el último llevaba una estrella en la frente.
Los Guachos, como prefiere Torres o los Brujos como se anima Baines son aquellas formas torvas, tal vez deformadas en su niñez por el factor exógeno, cansadas o debilitadas por los incesantes golpes y desprecios, pero que sin embargo y por algún motivo que trasciende su entendimiento, continuan brillando con cierta luz interior; el profesor Tolkien hace decir entonces a Aragorn:
"Y no obstante nos lo agradecen menos aún que a vosotros. Los viajeros nos miran de costado y los aldeanos nos ponen motes ridículos. Trancos soy para un hombre gordo que vive a menos de una jornada de ciertos enemigos que le helarían el corazón, o devastarían la aldea, si no montáramos guardia día y noche. Sin embargo no podría ser de otro modo. Si las gentes simples están libres de preocupaciones y temor, simples serán y nosotros mantendremos el secreto para que así sea. Esta ha sido la tarea de mi pueblo, mientras los años se alargaban y el pasto crecía."
Figura tallada del coro de
de la Catedral de Auch (2)
Es indudable que el título de Bodhisattva o Shaman se logra no solamente por soportar en silencio la estoica y cínica realidad que ocupa la Humanidad en el Cosmos, sino por aprender a trabajar a través de los que detentan el poder. El reconocimiento de la misión puede ser un duro golpe que desbaste las ilusiones del programa maestro, inculcado desde la ternura de la infancia, y sobre el que se debe trabajar incesantemente para retomar el mando; según el resumen del trabajo del psiquiatra polaco Kazimierz Dąbrowski (1) sobre la Desintegración Positiva:
De acuerdo con la teoría, no se pueden alcanzar niveles superiores de desarrollo sin la desintegración de las estructuras mentales inferiores, estas estructuras inferiores tienden a ser automáticas y habituales, las estructuras superiores son cada vez más autónomas y conscientes. En niveles inferiores, especialmente la psicopatía, el intelecto simplemente es un instrumento en la búsqueda de impulsos primitivos; a niveles superiores esta es influenciada por la empatía y una jerarquía de valores. La "voluntad" progresa de una determinación biológica/ambiental a algo superior y dirigida por uno mismo.
¿Tal vez sea cierto aquello de controlar el interior y aceptar lo exterior? Sobre lo único que podemos desear dominio es sobre nuestro interior, deteniendo pasiones y sometiendo a la bestia, y logrando el Balance: reemplazar aquel sistema operativo exógeno y egótico por uno elaborado de manera consciente; la teoría de Dabrowski continúa:
Afortunadamente tenemos la habilidad de identificar niveles superiores e inferiores dentro de nosotros mismos, sublimando los niveles inferiores y escogiendo manifestar los superiores. Dabrowski llamó a esto desarrollo universal o global, siendo la identificación psicopática con los niveles inferiores un desarrollo unilateral.
El primero podría llamarse la vía del servicio a los demás, ya que está fundamentado en el altruismo, la empatía, y la comprensión hacia otros, mientras que el último se trata del epítome del servicio a sí mismo, fundamentado en el egoísmo, el narcisismo, la importancia personal y la arrogancia.
En los libros de Orfeo Angelucci se propone que los Wanderers(3) del Material Ra y de las Sesiones Cassiopaea son aquellos seres humanos que comparten la virtud del amor al saber puro; permítasenos concluir con un breve fragmento del capítulo The Dance in a Glass —que resuena con los tenues estertores del fin de un ciclo,— en su libro Son of the Sun:
Desde los albores de la creación del planeta Tierra sólo se han servido a sí mismos. Pero su mayor violencia en contra de ustedes mismos aún se encuentra en el futuro. ¿Qué utilidad les han prestado a otro mundo? Ni siquiera creen en la existencia de otros mundos, excepto en un tono risueño. Oh, unos pocos tienen la visión y la consciencia, cierto. Pero unos pocos en la Tierra siempre han tenido la visión sublime y verdadera. Estos pocos siempre presentes quienes, por la dinámica del amor al saber puro, han mantenido la hebra esencial viva, esperanzandos en que la Tierra entrara algún día en la luz de la perfección. ¿Qué posee la Tierra hoy, salvo el pequeño aprendizaje fundamental que se ha dado a su historia por estos pocos?

[...] Carente de espíritu y conocimiento, el ser humano es más bestial que el animal más salvaje, y puede involucionar infinitamente a la peor bajeza, como también puede evolucionar a una esfera infinita de esplendorosa belleza.

Esa es la única finalidad, todo lo que es pretendido para vuestro planeta Tierra. Un día deberán atravesar el momento decisivo: retrocediendo otra vez hacia la destrucción, o evolucionando hacia el Cielo. No será una transición suave, pues la decisión deberá ser hecha a través del fuego del Armagedón.
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La granja humana

Los extraños delineamientos de los artículos que aquí se presentan subrayan la consigna de nunca separarse de la verdad por aquello que preferiría creerse; en definitiva, si se es subjetivo, la verdad duele; por lo tanto, analice activamente la información que aquí compartimos: intente negarla o intente ratificarla; sólo con aplicación lo podrá intentar; y en ambos casos se estará haciendo un trabajo consciente; nuestra labor se podría considerar infructuosa sólo si se ignora el llamado.

Hemos considerado anteriormente el peaje de la experimentación física, evaluado cuidadosamente en función del costo/beneficio recaudado por entidades de consciencia superior de servicio egocéntrico, también conocido como moneda etérica o loosh; William Bramley en su libro Los Dioses del Edén (The Gods of Eden) nos comenta:
Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, promoviendo su decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días.
Este canon de sufrimiento por pisar la Tierra es una cuota que todo ser humano debe pagar al nacer; se encuentra cuidadosamente orquestado sobre un sinfín de procesos bioquímicos y psíquicos que buscan profundizar e interferir la fina línea entre el balance y la búsqueda de la gratificación propia. Enrique Santos Discépolo nos insinúa en Cambalache (otra forma retórica de decir MixtusOrbis): "Vivimos revolca'os en un merengue y en el mismo lodo todos manosea'os."

A esta altura, hemos de estar conscientes de quiénes son los manoseadores, y cuales son sus intenciones para los próximos tiempos; como toda granja, existe un período de recuperación que busca que la población se incremente y se inyectan ingredientes tecnológicos para el engorde, en nuestro caso deberíamos ver con otros ojos el salto en las ciencias médicas, alimenticias y electrónicas luego de la Segunda Guerra Mundial: tal vez peridurales antes de la intervención.

¿Nos estamos quejando de los avances de la ciencia? Todo lo contrario. La diseminación rápida de la información, las terapias contra las enfermedades del cuerpo y proyectos como la Wikipedia o Khan Academy son logros del trabajo mancomunado y del servicio a los demás. Ocurre que estos avances deberían dejar el terreno fértil para el trabajo esotérico -la labor interna para la liberación de las ataduras físicas- y no servir de efecto anestésico para dormirnos aun más en la Ilusión. ¿O acaso hemos visto que estos logros trascendieran las barreras de las jerarquías y las mezquindades políticas, y se hiciera eco de los avances creativos en una sociedad más equitativa y justa?

Tal vez sea cierto que la consciencia crece despacio, como aquella analogía de las cañas de bambú.

Analicemos fríamente y veamos que en la médula de la sociedad, en aquel reducto donde se mezcla la autoridad, la política y la religión teócrata -los poderosos baluartes y soportes del sistema de control-, el ganado humano sigue estabulado y ordeñado a diario: tal vez no sea perceptible de manera directa nuestro concepto loosh, pero todos reconocemos la necesidad de vestirnos apresuradamente para cumplir los ajustados horarios laborales cuando el reloj suena por la mañana, y las emociones que esto involucra; del libro El Lenguaje de los Sentimientos de David Viscott:
Nuestra era moderna nos ha privado, probablemente de algo, al alejarnos del contacto personal directo con los elementos de la Naturaleza. Nos encontramos en un circo artificial donde nuestros adversarios son los patrones arbitrarios, los horarios exigentes, las prácticas poco equitativas y la burocracia, todos los cuales crean sentimientos de frustración y nos amenazan sin darnos una oportunidad adecuada de expresar nuestros sentimientos frente a la situación. Vivimos en una injusta esclavitud emocional.
Se nos ha obligado a despojarnos de nuestro instinto personal de sobrevivir, en nombre de algo llamado «seguridad a largo plazo», sin que se nos hayan señalado de antemano las consecuencias. Nunca imaginamos que en el curso de nuestra vida cotidiana y nuestra experiencia de trabajo, la mayor amenaza provendría de nuestros protectores.
Peor aun, parecemos disponer ya de pocos recursos para combatir estas amenazas, por cuanto luchar contra el sistema nos parece una tarea abrumadora. Puede que Don Quijote haya sabido bien lo que hacía cuando eligió como adversarios a los molinos de viento.
El traje del agente Smith, las
insignias del capitán Vidal
y los Nazgûl revoloteando
Corremos cual burro que arrastra la carreta, tras una zanahoria gastada por la intemperie y nos sentimos gozosos cuando logramos a fin de mes darle un mordisco ansioso, sólo para que se aleje un poco más de nuestro hocico; mientras en la carreta, los cerdos orwellianos vestidos con trajes y carteras a la moda, se revuelcan en comida. Pero nos sentimos satisfechos: los cerdos psicópatas han sido buenos amos, pues aquellos animales que han hecho cabriolas ante su porcina presencia se les ha dado una zanahoria completa: otro claro ejemplo de devoción teócrata y ponerogénesis tercermundista; y por lo tanto, los volvemos a elegir como nuestros gobernantes, masificándonos y restringiendo nuestra libertad aun más. George Orwell, nos advierte en su novela 1984:
Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando incesantemente un rostro humano.
¿Hemos de resignarnos? Pareciera que la realidad intenta explicarnos que la falsedad, la mentira y el trato mezquino es parte de la Creación, y debe ser aceptado como tal; una entidad de consciencia superior y de servicio al prójimo no es un vengador que portando una espada flamígera suprime de raíz las entidades parasitarias que dominan a la tercera densidad. Tal vez, aceptando y a la vez trascendiendo esta realidad tal como es, existe entonces la posibilidad de superación; en definitiva, todo parece reducirse a un simple problema de decisión, o si se prefiere de discernimiento: la capacidad de ver desde un punto de vista más objetivo una realidad que nos es, por herencia, subjetiva. Permítasenos cerrar con la siguiente cita del libro La Granja Humana del prestigioso Salvador Freixedo:
No sé si con este libro firmo mi sentencia de muerte.
Espero que alguien me defienda.
Pero si no fuese así, me iría con toda tranquilidad
de este desventurado planeta dirigido por imbéciles
y poblado en gran parte por tristes hormigas locas.
Irme... ¿a dónde? No lo sé.
Eso sólo lo saben con certeza los fanáticos religiosos.

La estructura subyacente (III)

Las Realidades entendidas como ambientes de participación, experimentación y desarrollo parecerían comportarse como vastos sistemas de consciencias, un SimCity, granja o terrario a nivel Multiverso, explotados o administrados por entidades que obtienen sus propios réditos y persiguen otros fines no siempre acordes a las reglas de la Creación. En definitiva, es posible únicamente estar del lado creativo o del entrópico; no obstante, es curioso observar que para lograr el balance de las fuerzas y la impecabilidad en el accionar, sólo es posible conseguirlo por medio de esfuerzos conscientes (tal vez, por eso digan beggars can't be choosers).

Las Potestades de la Creación son los verdaderos motores que inyectan energía en cada realidad; desde nuestro humilde escalón de percepción, en la tercera densidad, podemos asegurar avalados por el modelo científico, que esta energía emana de la Luz de las Estrellas: nuestra realidad no tendría Ser ni Evolución sin el constante riego de luz que surge incomprensiblemente eterno de estas ventanas al Reino Bienaventurado. No por nada el profesor Tolkien nos recuerda que fue Varda, la potestad femenina equivalente a la Diosa Madre, la Aletheia gnóstica, quien las sembró; George Green en su inspirador libro Manual para el Nuevo Paradigma expone como iniciar procesos creativos en una realidad entrópica:
Primero debe existir algo, para que la energía pueda ser atraída hacia ello. De allí la famosa frase bíblica: En el principio estaba el Verbo (una mejor palabra sería “pensamiento”), y el Verbo se hizo Carne (una mejor traducción sería “se manifestó”).
Siguiendo al pensamiento conceptual, debe existir el deseo [o intención] para que se manifieste. Solamente pensar el pensamiento no basta para hacer que surja; debe existir un deseo emocional que aporte el combustible para el movimiento, o cambio de energía, del pensamiento en expresión. A través de la coagulación de las energías “atraídas” se inicia la manifestación. La forma incluye más cosas; incluye situaciones, circunstancias y una estimulación del deseo de pensamientos adicionales que apoyen la finalización de la experiencia deseada. Una vez iniciado el proceso, es con el impulso creativo de moverse hacia la finalización, que el propósito se armoniza con las leyes universales.

El enfoque deseado debe proporcionar libertad, dentro del viaje en espiral de regreso a la fuente, para todo lo que afectará. Cuando éste es el propósito subyacente, entonces lo armónico de la Atracción es puesto en movimiento con todo su sutil poder liberado.
Una forma simple de ver esto es concebir a los pensamientos del plano espiritual como el principio creativo, que por medio de la energía emocional del plano etérico manifiesta una nueva realidad en el plano físico.

¿Pero cómo garantizar que esta energía no sea simplemente absorbida y mal aprovechadas por las entidades entrópicas? A grandes rasgos, si el Cosmos proporciona libertad no existe esta posibilidad; lo que se intenta es que la energía pase por gran cantidad de consciencias inferiores -incluida la Humanidad-, para que estas aprendan en dicha transferencia. El Arbol de la Vida es alimentado por la Luz Estelar desde las organismos más simples, plantas, animales hasta la humanidad, que transforma el alimento material en la sustancia sutil de las emociones: si estas son positivas resultan en un combustible para el anclaje de los propios procesos creativos, en cambio si son negativas, proporcionan sustento a las entidades parasitarias de consciencia superior. El aprendizaje y conocimiento ganados en el terreno físico y psíquico a través de la supervivencia material y emocional, son las lecciones que una vez comprendidas impulsan los engranajes del Espíritu.
El trabajo consciente y la
emergencia del Ser Esencial

Sin embargo este punto de vista puede ser complicado de enfocar: las condiciones mundanas aunadas con el adoctrinamiento social, y eso sin contar las constantes interferencias del factor exógeno, disminuyen la probabilidad de que la actual Humanidad encuentre los medios para retener y administrar la energía necesaria para una evolución consciente. Y aun aquellos que peregrinan en soledad, llevando cierta luz en los ojos de reinos bienaventurados, deben volver aprender lo que han olvidado, pues las reglas de la Ilusión así lo piden. Doris Lessing con una claridad alarmante expuso en Notas para un Descenso al Infierno (1971):
A riesgo de aburrirle debo repetir que me temo que, repito, reitero re-enfatizo, no es una cuestión de su llevada al Planeta Tierra como usted sale de aquí. Usted perderá casi toda memoria de su pasada existencia. Usted, cada uno de ustedes llegarán donde ustedes mismos, quizás solos, quizás en compañía de uno con otro, pero con solamente una vaga sensación de reconocimiento, y probablemente desasociado, desorientado, enfermo, desanimado e incapaz de creer, cuando le dicen cual es realmente su tarea.
Usted se despertará, por así decirlo, pero habrá un período mientras usted está despertando que será como la recuperación de una enfermedad, o como aparecer en un buen aire cuando ha estado en uno envenenado. Algunos de ustedes pudieran escoger no despertar, ya que el despertar será tan doloroso, y el conocimiento de su condición y de la condición de la Tierra tan agonizante que usted será como un drogadicto: usted pudiera preferir continuar respirando en el olvido.
Y cuando usted haya entendido que está en el proceso de despertar, que usted tiene algo por hacer, habrá absorbido suficientes de las características de los Hombres de la Tierra como para ser desconfiado, descortés, rencoroso, suspicaz.
Usted será como una persona que se está ahogando, que ahoga a su rescatistas, tan violentamente luchará en su propio pánico y terror.
Y, cuando usted ha sido despertado a su condición real y se ha recobrado de la pena o la vergüenza de ver hasta que profundidades se ha hundido, usted comenzará entonces con la tarea de despertar a otros, y usted encontrará que está en la posición de rescatistas de una persona que se está ahogando, o de un doctor en una ciudad que tiene una epidemia de locura.

Orquestaciones amorosas (III)

Tal vez el más arduo de los condicionamientos destructivos para remontar sean aquellos implantados en la niñez. Un buen ejemplo de estas manipulaciones afectivas puede ser la parábola del elefante reescrita por Jorge Bucay:
Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces por el misterio del elefante... Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado. [...] El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Pero si fumamos sin filtro esta situación, el sabor puede llegar a resultar bastante amargo, pues los abusos en la niñez tienden a ser perpetrados dentro del núcleo familiar: estas manipulaciones no sólo involucran la vida romántica con el objetivo de profitar la energía pasional y emocional, sino que también incluyen un historial infantil de abusos, donde se busca anquilosar a la consciencia con potencial.

¿Cuál es el verdadero fin que se persigue? Es evidente que el sistema de control puede determinar un sinnúmero de variables de la consciencia que encarna; seguramente del relevamiento que se efectúa lo primero es identificar del grafo de futuros posibles, aquellas ramas que puedan afectar directamente los intereses del factor exógeno: una consciencia que pueda despertar a otras es un peligro que se debe atender sin demora; recordemos, mal que nos pese, que las entidades parasitarias de consciencia superior son especialistas en el rastreo de fallas de seguridad: su sustento energético se basa en la optimización de la búsqueda y explotación de estas marismas espirituales.

El abuso reiterado, y aplicado en especial por el núcleo parental del infante, afecta el desarrollo de la psiquis y el aprendizaje de los comportamientos sociales, en especial, explota la capacidad a la hora de las relaciones, no sólo románticas, en un modelo víctima-predador. Consideremos que los opuestos se atraen, así que basta programar al individuo dentro de una conducta recurrente de víctima, sumisión o sencillamente destructiva; el resto es preparar pochoclo acaramelado para disfrutar una dramática vida como la que planteó Christof en Truman Show. Citamos un artículo de Laura Knight-Jadczyk (que se puede leer en español en Abducciones e implantes):
Otro de los factores en el sistema de control es el programa de "auto-destrucción." Así que tienen otra forma bastante astuta para sus maquinaciones: el juego del suicidio.

Este es una astuta puesta en escena en la que pude seguir una variedad de líneas en las vidas de diferentes personas, y tal parece que a las entidades diabólicas les da un desalmado placer el diseñar variaciones para su diversión; la esencia del juego es la siguiente: un
Wanderer [seres almados con capacidad de despertar a otros] ha nacido; obviamente tienen que nacer en algún lugar, en alguna familia, con cierta genética. Es igualmente obvio que las elecciones probablemente no incluyan tener Wanderers de familiares o hermanos (aunque hay excepciones). Hay pequeños bebes inocentes, voluntarios para una gran misión, ¡y el juego comienza!

Abuso físico, sexual o psicológico entra al juego para disponerlos para una futura caída si, de hecho, simplemente no son aniquilados.
La psiquiatra Elan Golomb expone con claridad académica en su libro Trapped in the Mirror (1) la posibilidad de que entidades parasitarias fermenten en la psiquis de la víctima: denomina a estas entidades como introyectos (introjects):
Debido a que los niños de padres narcisistas son maltratados desde la tierna juventud -criticados, ignorados, manipulados-, ellos tienden a desarrollar un poderoso introyecto negativo: una representación interna del padre (o madre) abusador. El introyecto encarna las demandas que el chico debe supuestamente cumplimentar para ganar la aprobación de los padres [...]

El introyecto también encarna la ira de los padres hacia el niño que falla en alcanzar los estándares parentales [...] Como el introyecto es tan cruel, no puede ser integrado como un ego de la personalidad consciente; estas negativas introyecciones son sentidas por la víctima como una entidad exógena, que siempre busca atacar.
La doctora Golomb expone diversos casos de pacientes donde el ego negativo interrumpe o anula procesos mentales, tales como pérdida de memoria o la incapacidad de realizar una actividad que mejore su situación personal; asimismo, el ego vengativo puede crear conductas o pensamientos detrimentales como ideas de suicidio, violentas o adictivas; leemos del libro Por tu propio bien de la psiquiatra suiza Alice Miller, en el que analiza la niñez del dictador alemán Hitler:
La estructura de su familia podría caracterizarse sin duda como prototipo del régimen totalitario, cuyo único amo, indiscutible y a menudo brutal, es el padre. La mujer y sus hijos se hallan totalmente sometidos a su voluntad, a sus estados de ánimo y caprichos, y deberán aceptar humillaciones e injusticias sin rechistar y agradecidos; la obediencia es su principio vital más importante.
El hogar es sin duda el reino de la madre que, cuando el padre no está en casa, desempeña en el las funciones de amo absoluto de cara a los niños, es decir que puede desquitarse parcialmente las humillaciones recibidas con seres aun más débiles. En un estado totalitario esta función es encomendada a las fuerzas de seguridad: son guardianes de esclavos y, a su vez, esclavos ellos mismos, pues satisfacen los deseos del dictador, lo representan en su ausencia, infunden miedo en su nombre, distribuyen castigos y asumen el papel de opresores de los oprimidos.
Convertir en abusador a aquel que
debiera proteger y enseñar a protegerse
Un entorno familiar detrimental condena a los hijos a una baja autoestima junto a una progresiva extinción de la propia personalidad, donde el trato social cotidiano se confunde en una niebla emocional, siendo preferente una vida sin exposiciones, buscando pasar desapercibido debido a la falta de seguridad y la carencia de un aparato psíquico robusto,(2) preparado para lidiar con las actitudes parasitarias ajenas; se le suma a esto el hecho de sentirse desvalorizado, carente de motivación propia para cambiar hábitos o actitudes a fin de mejorar el curso de la propia vida; Knight-Jadczyk continua:
Pero la característica especial de los Wanderers es que continúan "brillando" con un tipo de "pureza interna" del espíritu buscador, incluso en la cara de tal trato. Como resultado de este abuso, pueden ser invadidos por cualquier número de entidades tanáticas que ingresan a través de las heridas en el escudo psicológico/psíquico como bacterias cósmicas.
La siguiente etapa habitual en este drama es provocar que se sienta atraído a un tipo particular de persona, que es un tipo de "imagen falsa" de persona impecable. Esto frecuentemente es el mismo drama que Eve Lorgen describe en su artículo Love Bite donde un gran "amor cósmico" es simulado, solo para caer de lleno tan pronto como el vector es "apagado." El resultado que se persigue de esta traición es inducir sentimientos suicidas o preparar al Wanderer para la siguiente variación del juego.
Por su parte, la doctora Lorgen comenta en su libro The Love Bite: Alien Interference in Human Love Relationships: (3)
Algunos niños abducidos reportan que los aliens, al igual que los violadores y abusadores de menores, los instruían de no hablar de sus encuentros, una característica común en la pedofilia. Este pacto secreto es parte de la exitación para los pedófilos y puede verse como una estimulación emocional por parte los aliens. Pareciera que estuviesen promocionando y estimulando una conducta de "mantener el secreto;" que no estaría bien "contar la verdad," que serás amonestado si la cuentas.
Pienso que los aliens explotan esta conducta destructiva en familias que asemejan ser normales [narcisismo encubierto] y disfuncionales. ¿Por qué? Debido a que estas familias son tierra fertil para una conducta de guardar secretos y una fuente estable de miseria emocional negativa: energía que los aliens recolectan.
Como vimos en la estructura subyacente, el Wanderer tiene una intrincada labor al tener que transmutar elementos destructivos implantados contra su voluntad durante la niñez, en suelo apto para construcciones creativas y defensivas. Si se imagina esto injusto, cabe recordar las palabras del padre de Louis Pauwels: el primer fallo de los clérigos se produjo el día en que uno de ellos representó por primera vez un ángel con alas: hay que subir al cielo con las manos.

Otra de las razones de la emergencia de comportamientos asociales en los niños, también analizado por la doctora Lorgen, se basa en el denominado cocoon process o proceso de acorazamiento (relacionada a la coraza caracterial y muscular postualdo por el doctor Wilhelm Reich) con raíces en traumas no resueltos. Sin llegar a profundizar en este complejo tema, Lorgen postula la conocida historia de Ted Rice, protagonista del libro Masquerade of Angels de la desaparecida Karla Turner. Un breve resumen sobre la postura de Turner al respecto, citada del libro Alta Extrañeza:
¿Qué hay de aquellas personas que sufren crisis nerviosas después de sus experiencias? ¿Qué hay de aquellos que experimentan bruscos cambios de personalidad, que acaban obsesionados con comportamientos sexuales anormales que nunca antes habían tenido, lo cual a menudo los conduce a la ruptura de su matrimonio y de sus relaciones amistosas? Esto ha sucedido en repetidas oportunidades, pero ningún investigador ha explicado aún el propósito principal que se esconde detrás de tales resultados.
Son particularmente perturbadores los casos donde ciertos individuos previamente saludables tienen un encuentro extraño luego del cual desarrollan enfermedades debilitantes o terminales. Se sabe muy bien que muchas mujeres sufren de problemas ginecológicos después de sus experiencias, y que a menudo esto conduce a histerectomías. Pero otros casos han mostrado el desarrollo de una fatiga severa, horribles hinchazones y comezón, e incluso cáncer. ¿De qué efectos positivos podemos hablar en dichos casos?
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Masificación latinoamericana

Los hechos de hoy tal vez sean las leyendas del mañana; en el lastimoso cierre de este Kali Yuga asistimos a un embrutecimiento exponencial de la calidad moral humana, y para el ojo entrenado no pasará inadvertido un patrón que está aplicando el pastor, demente pero sagaz: el rebaño marcha silencioso cuando es masificado y apartado del redil.

En América Latina asistimos a una extraña procesión: los Estados aniquilan cada vez más la iniciativa privada. La supresión de la información, o su distorsión, sólo denuncian con claridad los oscuros escenarios por donde hoy transita el poder político. La persecución de aquellos que informan y someten a escrutinio y análisis las injusticias cotidianas son acentuadas no sólo por los que detentan el poder, sino por la masa ignorante, que sometida o anestesiada marcha como sonámbula al compás de sus hábiles titiriteros. Del verdaderamente iluminado Salvador Freixedo de su libro La Granja Humana:
La liberación de la Humanidad no llegará mientras no haya muchos más hombres libres internamente que sean capaces de asumir sin corromperse la dirección de sus hermanos menores o menos evolucionados. Y la verdadera libertad del hombre está dentro de sí. Tiene que liberarse internamente de sus ambiciones, de sus miedos y de sus dependencias voluntarias y tiene que llegar a una adultez intelectual para no dejarse engañar y para que su mente se haga más creativa y se prepare para futuras etapas, fuera ya de este planeta rudimentario.
¿Nos encontraremos ante las puertas de un Estado Unico que lo controlará todo? ¿Quizá cruzando las aguas que separan ocurra tal vez lo mismo en el viejo mundo, al este del Mar? ¿Serán tan sólo tentáculos del Gran Kraken, de la Bestia del Fin? No lo sabemos con exactitud, pero lo exponemos para que otros Peregrinos que recorren en silencio las estepas áridas del Tiempo tomen noción ante tantos eventos sobre el tablero de la humanidad.

La masificación es un sinónimo de la supresión de la creatividad individual, apagando la chispa del espíritu humano al plegarse sobre las notas más repetitivas, disonantes y vanas; recordemos que así era la música de Melkor, el más poderoso de los Ainur: como no podía alcanzar la belleza y profundidad de la sinfonía de sus hermanos, decidió ahogar con tonos chillones y monótonos la Gran Canción de Iluvatar; no obstante, aun en sus esfuerzos más osados y violentos, el Ainulindalë adquiría mayor belleza al utilizar aquellas notas más salvajes y darles un cariz inimaginado para la consciencia oscura que las había entonado.

Las entidades negativas quizá hayan iniciado el movimiento despiadado de sus cartas más oscuras, comenzando a reunir desde las cuatro puntas del Mundo el ziggurat piramidal del servicio egótico: las persecuciones a profetas, investigadores objetivos y denunciantes de las atrocidades de la realidad humana comenzará a profundizarse. A las autoridades, y no hablamos de los títeres políticos humanos, les conviene un rebaño obediente y callado, pero sobre todo ignorante, que se dirija presto y sin cuestionamientos al matadero; en las proféticas palabras sobre el riesgo del posible contacto con alienígenas del prestigioso Stephen Hawking:
Si los extraterrestres nos visitaran, los resultados serían como cuando Colón llegó a América, que no salió bien para los nativos americanos.
¿Y esto es todo? No. Pero recordemos que las Potestades de la Creación nada harán si no se solicita su asistencia: si nuestros pensamientos no logran levantar vuelo de la tanática frecuencia que hoy sintoniza la humanidad, llena de la codicia en la búsqueda de la satisfacción mezquina, las posibilidades son pocas: al pensar y actuar de esta forma sólo nos esclavizamos más; aquellos peregrinos que han despertado y logren despertar a otros deben saber que su mensaje, por oscuro que se perciba en contraste con la realidad consensuada, no por ello deja de ser menos verdadero.

Avallöne, la entrada a las
Tierras Imperecederas del Oeste
Informar a otros, intercambiar respuestas y colaborar en equipo son las premisas: no dejar de tener una mente inquieta, como la de un niño; y recordar estar siempre atento, pues cuando se cierre el cerco, cuanto más se lo intente, será cuando aparezcan los senderos ocultos, aquellos que corren al oeste de la Luna, al este del Sol. Ha ocurrido antes y tal vez ocurra ahora; concluimos con este fragmento introductorio de Huston Smith al libro de Charles Upton, Cracks in the Great Wall:
El libro Grietas en la Gran Muralla analiza los hallazgos sobre ufología del investigador Jacques Vallée y otros colegas a la luz de las enseñanzas de René Guénon, particularmente detallado en su obra profética The Reign of Quantity and the Signs of the Times.
De acuerdo a Guénon, uno de los signos del Tiempo del Fin (1) es la erosión de la barrera energética o "Gran Muralla" entre el plano material y el mundo de las realidades sutiles - razón por la cual nuestro mundo parece ahora ser invadido por fuerzas del psíquismo inferior, de una naturaleza puramente destructiva.
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Sobre espiritualidad y conspiranoia

Siempre que se considera una enseñanza religiosa es inmediata la relación con el plano espiritual. Tenemos variadas visiones de este plano, desde las más inocentes con San Pedro en la entrada acompañado de secretarias querubines, hasta algunas más modernas y elaboradas, como las representadas en la película Más allá de los sueños (What dreams may come) del escritor Richard Matheson también guionista de la serie televisiva La Dimensión Desconocida (Twilight Zone).

La visión de los planos superiores de Matheson coincide bastante con la del profesor Tolkien en el cuento Hoja, de Niggle: donde un pintor luego de abandonar el plano físico debido a una enfermedad deja inconclusa su obra, y es transportado eventualmente a su pintura, la cual debe completar para que otros la habiten.

De hecho, estas ideas sobre el plano espiritual no son nuevas y hay bastantes referencias en el hinduismo; experimentos más modernos sobre la temática NDE/ECM, se pueden leer en Vida Después de la Vida (Life After Life) y Visiones de la Eternidad (Glimpses of Eternity) escritos por el psiquiatra y filósofo Raymond Moody; en una entrevista comenta:
Luego de hablar con más de mil personas que han tenido estas experiencias, y haber experimentado varias veces lo desconcertante e inusual de estas visiones, me ha dado gran certidumbre que hay una vida después de la muerte. De hecho, debo confesar para ser honesto, que no tengo duda en lo absoluto, basado en lo que mis pacientes me han dicho, que han tenido una visión de lo que hay más allá.
Es aquí donde entrará la segunda materia en nuestro crisol, la visión conspirativa y paranoica de la realidad aunadas en un único término: conspiranoia. El ojo entrenado tal vez no tenga dudas de que hay algo extraño en esta realidad física que nos confina (un juego de palabras del anglosajón coffin o ataúd) a sólo percibir un acotado rango de frecuencias del espectro electromagnético. En efecto, sólo en situaciones desesperadas, muchas veces donde está en riesgo la salud del cuerpo físico, es cuando estas manifestaciones o visiones son percibidas; del libro La Senda hacia el Omega del psicólogo Kenneth Ring:
Más adelante, en otro momento de su relato, Jayne expuso un encuentro y un episodio de "telecomunicación" con uno de los "seres" que se acercaron a ella. No se trataba, según afirmó, de nadie que conociera. Y Jayne le dijo al ser:
-Sé que ha sucedido, y sé que he muerto.
Y el ser dijo:
-Sí, pero no vas a quedarte porque todavía no es tu hora.
Y yo contesté:
-Esto es tan bello, tan perfecto... ¿Y mis pecados?
-No los hay -me respondió-. Al menos no como los concebís en la Tierra. Lo único que importa aquí es lo que pienses. -¿Qué hay en tu corazón? -me preguntó luego.
Y, de algún modo, pude inmediatamente mirar en mi corazón y vi que no había en él nada más que amor. Y comprendí exactamente a qué se refería, y le dije:
-Naturalmente. -Y noté que era algo que siempre había sabido pero que, por alguna razón, había olvidado hasta el momento en que me lo había recordado. "¡Naturalmente!"
Y a continuación pregunté:
-Ya que no puedo quedarme y tengo que regresar, quisiera hacer otra pregunta. ¿Podría decirme... qué es todo esto?
Hubo risas entre los asistentes. En otras palabras, Jayne estaba pidiendo, según ella, la respuesta al "gran misterio." Y el ser me lo dijo. Y le bastó con dos o tres frases. Fue una explicación muy breve y la comprendí perfectamente. De nuevo dije, "¡naturalmente!", y de nuevo supe que era algo que siempre había sabido, pero que había olvidado. Y entonces le dije:
-¿Puedo llevar conmigo cuanto he conocido aquí? Hay muchas personas a las que querría hablar acerca de todo esto.
-Puedes llevarte la respuesta a la primer pregunta a la segunda, no serás capaz de recordarla.
Jayne, de hecho, observó tras el regreso a la vida física que así era.
-Y eso fue lo último que escuché (...) [antes de regresar]
Pareciera que nuestro cuerpo, por naturaleza o con un propósito que deberíamos analizar, suprime la conexión con los planos superiores, mostrándonos tan solo la dura y fría realidad física. Estamos, por naturaleza, atados a ver la pared de la cueva débilmente iluminada, y hasta nos es extraño preguntarnos la razón por la cual sólo vemos esto, y ni siquiera nos inquieta el por qué de los grilletes y más importante: quién los colocó. En palabras de William Burroughs:
Un paranoico es alguien que sabe un poco de lo que está sucediendo.
Es evidente que, como Andy Dufresne en The Shawshank Redemption, el dejarnos llevar por las acotadas percepciones de nuestra cárcel —y sobre todo, a las conductas innatas que nos arrastra esta mirada limitada de desesperación— nos haría perder la fe, entendida como el fuego interno, necesaria para los arduos trabajos de la liberación. Notemos que esta mirada de fe coincide con la visión conspiranoica: no hay preso que trabajará en su libertad si éste se considera ya libre o felizmente adormecido en su prisión de carne y hueso.

Andy se arrastró hacia la libertad a través
quinientas yardas de residuos malolientes
que no puedo o no quiero imaginar...
Hemos de recordar que, como el recluso Dufresne, cada día se debe trabajar en expandir la visión de los compañeros prisioneros —proveyéndoles los medios que les fueron negados como libros, música y enseñanza— pero cada noche debemos desvelarnos en buscar el camino particular que nos lleva hacia nuestra propia liberación, aunque éste atraviese los hedores y sustancias pútridas de la misma cárcel: es que, tal vez, toda mirada espiritual u objetiva de la realidad física debería terminar siendo conspiranoica.

La estructura subyacente (II)

En el artículo previo se presentó la posibilidad que nuestra realidad física se encuentre encastrada en una realidad superior; las pistas nos llevaron a que dicha realidad podría tener un sustrato completamente mental semejante a una estructura binaria (creación/destrucción) de procesos informáticos que soporta una realidad virtual; ¿apreciamos la analogía entre una realidad que sustenta al computador y otra realidad que eventualmente este crea? La realidad virtual así generada no sería otra cosa que nuestra realidad física.

Profundizaremos un poco más presentando la EEQT (Event Enhanced Quantum Theory); leemos en La Historia Secreta del Mundo (Capítulo XII, página 777):
[La Teoría Cuántica Mejorada por Eventos] parece describir el fenómeno físico más correctamente que la mecánica cuántica ortodoxa o cualquiera de sus teorías rivales (mecánica Bohmiana, GRW, etc).
Llamando a nuestro universo material "el sistema," lo que hemos aprendido de la EEQT se puede resumir de la siguiente manera: el sistema siempre se caracteriza por un cierto "estado." Resulta útil representar el estado del sistema como un punto sobre un disco. El punto central del disco, que corresponde a su origen, es el estado de caos, que también podríamos describir como "Potencial Infinito." Los puntos en la orilla representan "estados puros" del Ser, es decir, estados de "conocimiento puro no enturbiado." Entre uno y otro extremo existen muchos estados mixtos. Entre más cercano se encuentra un estado a la orilla, más puro y "organizado" es.
Ahora bien, un "observador" externo, una "unidad de consciencia," puede tener una idea -quizá exacta, quizá falsa, o bien solo parcialmente exacta- del "estado real" del sistema, y observaría el sistema con esa "creencia" suya acerca del mismo. La observación, en caso de ser prolongada, es capaz de causar un "salto" en el estado del sistema. [...]
De acuerdo a la EEQT, si las expectativas del observador están más cercanas al verdadero estado del sistema, el sistema salta, con mucha mayor probabilidad, en dirección de un estado más organizado y menos caótico.
Parece haber algo interesante en esta teoría: en primer lugar nos informa que es posible derivar Orden a partir del Caos al observar el Caos tal y como es, sin pretender que sea algo diferente; (1) si poseemos Conocimiento objetivo hay baja probabilidad de que un acontecimiento nos sorprenda, interfiera o incluso nos ponga en jaque.

En segundo lugar, coincide con los modelos probabilísticos, en especial con la teoría matemática provista por Kolmogorov y sobre todo con la probabilidad condicional, ya que el resultado de un suceso parece depender del Conocimiento del Observador sobre el mismo (¿podríamos arriesgar que el grado de Conocimiento condiciona la Realidad?); y por último, susurra cómo es posible, desde nuestro humilde peldaño de la tercera densidad, establecer procesos creativos o correctivos dentro de la fábrica de la realidad: por un lado, al maximizar el conocimiento exterior se logra disminuir la incertidumbre sobre los eventos exógenos, y por otro, el enfoque mental positivo se edifica sobre una confianza y conocimiento interior. Leemos de Bronte Baxter en su brillante artículo sobre Realidad y Pensamientos:
Cuando se tiene un deseo, ese pensamiento envía un pulso a través del tejido de la creación. El deseo vibra en el éter o conciencia energética, de la que todo [lo corpuscular] está hecho. Ese deseo atrae lo que sea necesario para materializar el pensamiento, porque el pensamiento es dinámico y magnético. Entonces, ¡presto! El deseo se convierte en la realidad experimentada. 

Este poder de la conciencia, del deseo y pensamiento que se manifiestan en la forma, es lo que nos convierte en co-creadores con el Infinito. La manifestación de los pensamientos en la realidad ocurre de forma automática, si tenemos o no la intención. Contemple la gente que conoce y cómo sus vidas exteriores reflejan sus actitudes (que son la suma de sus pensamientos). 

Podemos crear la realidad ya sea en piloto automático, con pensamientos aleatorios indiscriminadamente, o podemos optar por ser conscientes de cómo pensamos y hacer que la aplicación del trabajo consciente cumpla nuestros deseos más preciados.
Este importante comentario, sobre el hecho de que podríamos estar creando nuestra realidad en piloto automático, debería hacernos reflexionar en las profundas consecuencias que acarrean los sistemas de creencias implantados por medio de una velada coerción patriarcal durante la niñez, y sobre todo, si hemos introyectado al impune dictador que nos cercena de establecer procesos creativos para vivenciar emociones positivas.

¿Pero entonces qué es Conocer? Más allá de la definición usual, Conocimiento es el grado de certidumbre (certeza o verdad) que poseemos en nuestro Ser sobre la Creación; cuando realmente conocemos algo y lo aplicamos, opera un cambio en nuestro ser: es decir, crecemos en consciencia.

Finalmente es posible plantear una analogía con la Teoría de la Información del notable Claude Shannon (que curiosamente vimos hace tiempo que Información, Conocimiento y Verdad están íntimamente relacionados); esta teoría del prestigioso matemático, sobre la que se basan los protocolos de Internet y varias aplicaciones informáticas, sostiene que en la entropía de una fuente los códigos con menor probabilidad son los que aportan mayor información.

¿Y qué significa esto? Una buena aplicación práctica de la teoría de Shannon son los compresores de archivos; si observamos el procesamiento durante una compresión, veremos que durante el inicio del proceso la curva de datos (entropía) se incrementa mientras el compresor aprende (es decir, toma conocimiento sobre la fuente o archivo); llegados al promedio de la operación, se aprecia que la entropía se ameseta: el autómata del compresor ha generado una base de conocimientos suficientemente amplia y hay poca información nueva que codificar.

La analogía entre el aprendizaje que realiza un procesador es semejante al que realiza una consciencia.(2) La gran diferencia es que dicho autómata no puede entender, es decir, no puede incorporar dicho conocimiento a su base persistente de datos, y debe volver a aprender desde un inicio en cada proceso.(3) La consciencia, en cambio, podría verse como un organismo semejante a una célula orgánica que fagocita experiencias e información y, de acuerdo a su orientación, elige transportar y compartir el producto de su procesamiento, es decir Conocimiento, con sus pares o bien aislarlo para beneficio propio.

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El Fin del Tiempo o el Tiempo del Fin

El título no pretende otra apología al funesto libro mencionado por Canseliet, apenas si podemos refocilarnos en las palabras de Sábato sobre las visiones del místico gnóstico Böhme:
La vasta crisis de los Tiempos Modernos a la que estamos asistiendo es la quiebra de la mentalidad cientificista, y a través de ella acaso podamos acceder a una reivindicación de las fuerzas ocultas que esa mentalidad proscribió, en una reintegración del hombre escindido. Según Hegel, a los períodos más terribles de la historia se siguen las horas más hermosas, porque de la "conciencia infeliz" que resulta de nuestra conciencia del mal surge luego una venturosa plenitud; idea que Nietzsche retoma cuando afirma que de la extrema decadencia resurge un nuevo clasicismo.
¿Pero cuáles son estos períodos terribles de la historia? Hemos visto que tal vez el tiempo no sea tan lineal como humanamente se lo percibe. Quizá la Matriz de la Ilusión, el gran computador hiperdimensional en donde nos hallamos inmersos, la cárcel de nuestras robóticas consciencias, en donde nos graduamos aprendiendo o enseñando a escapar, haya existido siempre (aunque Bárbol opinaba que palabras como siempre y jamás eran demasiado ominosas, utilizando el mantra mientras perduren); fuera de la cárcel no existe el tiempo: fuera de la cárcel no hay ilusión.

Sin embargo, hay intereses exógenos que operan dadas unas determinadas condiciones: el panadero no sufre el tormento del fuego, pero reconoce la fragancia del pan horneado. La humanidad en su actual estado masificado e ignorante corre el mismo peligro que las bacterias que fermentan los azúcares en la levadura del pan: estamos siendo utilizados, quizá en la anestésica vida moderna bajo una gran explosión demográfica, a inflamar una masa de energía emocional que estallará cuando sean retiradas las comodidades y ventajas a las que estamos acostumbrados (o domesticados).

Estos períodos han ocurrido cíclicamente en la historia no oficial, y se conocen como cosechas hiperdimensionales: un período de tribulación humano, y de excelente rendimiento para los pastores del rebaño. Durante estas cosechas, nuevos brotes e injertos se preparan, razas híbridas y obedientes se alistan para reemplazar el antiguo modelo humano. Ha ocurrido antes, ocurre y seguirá ocurriendo: es el camino natural, muy semejante al que destinamos a nuestros cultivos y futuros alimentos.

Tal vez, la verdadera historia humana sea un cementerio de imperios caídos, pero no deseamos crear una disonancia cognitiva, pues hay entidades de servicio al prójimo que observan desde la otra punta. Pongámonos un tanto ecuménicos y releyamos con ojos más despiertos:
Vigilad sobre vuestra vida. No se apaguen vuestras linternas, y no dejen de estar ceñidos vuestros lomos, sino estad preparados, pues no sabéis la hora en que vendrá nuestro Señor. Reuníos con frecuencia, buscando lo que conviene a vuestras almas, pues de nada os servirá todo el tiempo en que habéis creído, si no consumáis vuestra perfección en el último momento.
En los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se convertirán en lobos, y el amor se convertirá en odio. En efecto, al crecer la iniquidad, los hombres se odiarán entre sí, y se perseguirán y se traicionarán: entonces aparecerá el extraviador del mundo, como hijo de Dios, y hará señales y prodigios, y la tierra será entregada en sus manos, y cometerá iniquidades como no se han cometido desde siglos.
Entonces la creación de los hombres entrará en la conflagración de la prueba, y muchos se escandalizarán y perecerán. Pero los que perseveren en su fe serán salvados por el mismo que había sido maldecido.
Entonces aparecerán las señales auténticas: en primer lugar el signo de la abertura del cielo, luego el del sonido de trompeta, en tercer. lugar, la resurrección de los muertos, no de todos los hombres, sino, como está dicho: «Vendrá el Señor y todos los santos con él» (Zac 14, 5).
Todo esto es por lo menos curioso, y puesto en orden quizá también bastante alarmante. Es evidente que no hay nada fijo, así que no podemos ni siquiera considerar una fecha tan holocaústica como ruidosa como la del año 2012; pero sí es evidente, que la masa comienza a oler a tostado. ¿El horno no está para bollos?

Nos hemos referido con frecuencia al trabajo en equipo, evitando las jerarquías y el anquilosamiento elitista del Conocimiento: en el intercambio está la ganancia. Pero, ¿hemos mencionado algo sobre la abertura del cielo? El notable John Keel nos ha allanado el trabajo en su clarificador libro Operation Trojan Horse (1970) cuando menciona:
La "fuente" ha hecho intentos repetidos de explicar todo esto en términos que podamos entender. El 8 de enero de 1968, el "Sr. Orlon," del Comando Intergaláctico Ashtar, transmitió este mensaje a un contactado:
"Los platillos que menciona, son en realidad los cuerpos espaciales de ciertos agregados de conciencia. Existen duodimensionalmente, es decir, penetran simultáneamente en la tercera y cuarta dimensiones o pueden, si lo desean, confinarse en cualquiera de las dos. Su propósito ha sido, y aún es, por el momento, entrelazar estos dos reinos de consciencia que aparentemente están separados. Sin embargo, se acerca el tiempo cuando el velo se corra y lo que es Uno se percibe como Uno. Llegado este momento, los platillos vistos por pocos serán vistos por muchos. Parecerá que repentinamente han llegado a sus cielos en gran número. Pero en realidad esto no es cierto, porque efectivamente están donde siempre han estado, pero entonces el hombre verá con nuevos ojos."
Los cansados ojos del hombre no son muy buenos. De hecho, sólo podemos ver una parte muy pequeña del espectro electromagnético. Las ondas de luz son vibraciones realmente visibles del espectro, algo parecido a las ondas de radio. Las diferentes frecuencias se registran como colores diferentes en los conos de nuestros ojos. Se podría decir que nuestro aparato visual en realidad consiste en miles de diminutos receptores de radio cuidadosamente sintonizados a una diminuta porción del espectro electromagnético. Realmente no podemos ver mucho, sólo accedemos a ver lo suficiente como para hacer frente adecuadamente a nuestro entorno inmediato.
Dark people o
Visitantes de dormitorio
Aquí mojamos nuestros pies en las orillas de la cuarta densidad; tal vez algún ojo entrenado o una mente inquieta haya transitado algunos pasos erráticos por esta extraña tierra de sueños, que algunos quizá confundan con un duermevela desasosegado. Todavía no tenemos para compartir más que unas sutiles hebras de sensaciones encontradas sobre una realidad que se nos escapa, pero de la que podemos dar por sentada su existencia y de las sombrías entidades que la habitan; aunque, y en palabras del prestigioso Freixedo, no hemos de confundir a la población tan sólo por unos molestos vecinos.

Entonces la resurrección de los muertos, tal como aseguraba el diálogo entre Ray Stantz y Wiston Zeddemore, de la afamada película guionada por Harold Ramis, no es otra cosa que la cuarta densidad -donde habitan aquellos ocultos y encapuchados visitantes que siempre han estado permeando nuestra realidad e interfiriendo en nuestras mundanas vidas- comenzando a hacerse visible. ¿Acaso no será verdaderamente un Apocalipsis, literalmente, la Revelación de aquello que estaba Oculto? David Tansley en Mensajeros de la Luz (Omens of Awareness, 1977) nos comenta:
[...] sucedió algo parecido cuando Colón llegó al Nuevo Mundo. Los indígenas, que no conocían más transporte acuático que las canoas, no vieron sus buques anclados en la bahía pese a su tamaño y a destacarse sobre el horizonte. Sólo cuando el shamán de la tribu lo pensó un poco y dedujo que aquellos extranjeros tenían que haber llegado en algo, pudieron ver los barcos, aunque aun entonces hubo que señalárselos. Nosotros, por supuesto, con nuestro orgullo intelectual y toda nuestra desenvoltura del siglo veinte, no podemos ni imaginar que nos suceda una cosa así; pero nos está sucediendo, y todo el tiempo, además.