Robert Monroe: una visión sombría de la biología

Robert Allen Monroe, conocido por su empresa y en sus libros como RAM, fue un exitoso productor radial que tempranamente se desempeñó en áreas de aviación y mecánica; luego de fundar su empresa, destinó parte de su departamento de investigación a las técnicas de aprendizaje durante el sueño (sleep learning). Y según relata en Viajes fuera del Cuerpo, fue durante su propia experimentación sobre el tema, cuando descubrió un hecho inusual que se manifestó como parálisis del sueño con una seguidilla de vibraciones y luces brillantes —semejante a los fenómenos previos a una abducción— que culminó en una experiencia fuera del cuerpo (OBE o viaje astral).

En sus otros libros, Viajes Lejanos y El Viaje Definitivo desarrolla un intrincado tour de force desde este extraño punto de vista ajeno a la realidad física. Intentar resumir su obra puede llegar a ser complejo, dada la terminología peculiar que utiliza; sin embargo, es posible establecer semejanzas sustanciales entre el material ufológico al relacionar M-Band, o el espectro de pensamientos caóticos que envuelve a la Tierra, con el sistema de control hiperdimensional, los denominados Inspecs, acrónimo de Especie Inteligente (Intelligent Species) con las entidades de quinta o sexta densidad, o el término M-Field posiblemente relacionado al estado de plasma de cuarta densidad de la materia.

Monroe jamás trazó paralelismos con la ufología o con el ocultismo; no obstante esta salvedad, su obra está prolíficamente relacionada con el Mundo Imaginal de Carl Gustav Jung o Kenneth Ring, entendida como la realidad de los sueños o etérica, más vasta y menos restringida pero sin embargo objetiva, visible no con los ojos físicos sino con los órganos atrofiados —en palabras del Dr. Samuel Sagan— de la visión interior. En su libro Viajes Lejanos, Monroe presenta un escenario biológico alternativo, donde la supervivencia del más apto está basada en un modelo de restricción y control, puesto en régimen por entidades superiores o Sembradores, que buscan la recolección de un bien escaso denominado Loosh.

El Loosh suele encontrarse diseminado a lo largo del Universo en los polímeros de carbono, pero se atesora y recolecta cuando una criatura viviente es fagocitada y/o destruida. Los Sembradores desarrollaron distintas cepas de cultivos en busca de un Loosh destilado o puro: minerales, plantas, animales y finalmente el Cuarto Cultivo o la humanidad. Podemos asociar el Loosh destilado como la energía creativa o consciencia pura. Es notable la coincidencia con los escritos de Michael Topper, autor de varios artículos de la colección de libros Matrix:
En las densidades superiores, "Consciencia" es el nombre del juego. Esto sencillamente quiere decir que en los niveles superiores de existencia, sean de orientación positiva o negativa, todos comprenden que el negocio de todo ser y la existencia de todo lugar está en función de la Consciencia... estando más y más "Alerta." Estar despierto se relaciona con "densidad" de consciencia, por así decir. Las entidades negativas o entrópicas consiguen mayor nivel de consciencia al "ganar peso" por medio de la asimilación de otras unidades conscientes. [...]
Las entidades positivas piensan de otra forma: al integrar dentro de su conocimiento a los demás seres —el hecho de reconocer la consciencia de otro ser— ésta formará entonces parte de la propia consciencia; luego, reconocer la Pluralidad de la Creación es crecer en Consciencia. [...]
Los seres negativos desarrollan un juego de dominación, subyugación y absorción de otras consciencias en un solitario "Uno." Pero ellos comprenden que la absorción completa sólo es posible a través del convencimiento de las otras consciencias: que otros deben elegir el camino del "engrandecimiento del ego." Una "comida" reacia no es nutritiva, y se transforma en veneno para la consciencia que trata de asimilarla. [...]
Monroe describe la evolución de la vida orgánica en la Tierra como una serie de experimentos de los Sembradores en busca del cultivo perfecto: la creación de un ser que les provea continuamente de una provisión de Loosh destilado. Las primeras pruebas fueron en las aguas con algas (Estacionarios) y crustáceos (Móviles); más tarde se hicieron nuevas pruebas —¿quizá la Explosión del Precámbico?— en la atmósfera con seres que devoraban grandes cantidades de vegetales, pero al descubrir un nuevo cultivo que devoraba a sus pares, los Sembradores barrieron con un cataclismo e introdujeron esta nueva modificación.

El conflicto basado en el instinto de supervivencia —la sombra de lo que más tarde evolucionaría en emociones— apareció en este nuevo cultivo: ya no era necesario que se devorara un ser para que apareciese el Loosh, el miedo para sustentar las funciones vitales proveía de cantidades nunca antes vistas, fue así como nació un nuevo experimento: el Cuarto Cultivo, que ahora poseía todas las mejoras previas como violencia reactiva e instinto de supervivencia propia y de su descendencia, pero además se injertaron optimizaciones para extraer un Loosh más puro a partir de las emociones cuando las unidades se sintiesen apartadas de sus semejantes —quizá la semilla de las manipulaciones afectivas—: los Sembradores habían identificado que algunos seres del cuarto cultivo producían un Loosh destilado (conocido en sus libros como DLP formula: distilled loosh producers) cuando se sentían insatisfechos e irrealizados dentro de los límites del plano físico y no podían encontrar su ser polar.

Este descubrimiento derivó entonces en una de las últimas modificaciones sobre el Cuarto Cultivo: el injerto de parte de la mente de los Sembradores, lo que bien puede ser reconocido como la Instalación Foránea en los escritos de Carlos Castaneda, una fórmula que redundó en una extracción profusa de Loosh al interponer el conflicto (quizá el complejo-R) y al anhelar en el plano físico realidades ilusorias (tal vez relacionado al sistema límbico siempre soñador), pero a la vez un vínculo directo al control de los deseos de la mente humana.

Los Grises (Grays), las entidades
tanáticas recolectoras de Loosh
Es notable la coincidencia de los escenarios con otros autores de Hermetismo, Ufología e Historia Alternativa como John Baines, Salvador Freixedo, Rene Boulay, Laura Knight-Jadczyk o William Bramley, sin que ninguno de ellos estuviese al tanto de las publicaciones de sus colegas; a su vez, nos plantea un enriquecido paradigma al por qué de los sacrificios rituales —humanos o de animales—, su relación con los portales orgánicos, como unidades diseñadas para el ordeñe directo, y las sondas recolectoras de cuarta densidad destinadas a trabajos especializados.

Quizá tengamos la posibilidad de trazar dos teorías difusas; en primer lugar, la realidad biológica del plano físico emerge como un experimento de fuerzas superiores, donde creacionismo y evolucionismo parecen ir de la mano sin demasiados entrechoques: uno es una fuerza artifical, (1) parafísica o etérica, que impone nuevos modelos biológicos alterando el ADN, jugando dentro de una realidad sustentada por el otro de manera natural (2) (control vs. libertad o artificio vs. naturaleza).

En segundo lugar y desde un punto de vista esotérico, es evidente que el Loosh representa en la jerga alquímica la energía creativa o quintaesencia encerrada en la burda materia; los Sembradores necesitan de esta energía pero no desean realizar el trabajo creativo, engendrando para esto diferentes autómatas —como el prototipo humano— para que haga su trabajo; esta idea no es nueva y ya Zecharia Sitchin junto a Erich von Daniken habían planteado un paradigma semejante, aunque sin la componente etérica; en verdad, podría verse la humanidad actual como un robot semiconsciente, buscando la gratificación física de manera constante, sin saber que en realidad está cosechando (a través del sufrimiento, la devoción, el desenfreno o la pasión sexual) la energía para parásitos de nivel superior.

De lograr un atisbo de consciencia desde esta nueva perspectiva, el ser humano podría optar por utilizar todos estos obstáculos como un camino a la libertad. Y este camino puede verse en dos etapas: la primera en deshacerse del complejo-R, eliminando gradualmente los pulsos egóticos reemplazándolo con conductas altruistas, pero el segundo, y no necesariamente indicamos que se opere en la misma existencia, sea despojarse de las ensoñaciones del sistema límbico, de manera de sólo utilizar la consciencia en plenitud. En pocas palabras, la falta de impecabilidad nos convierte en alimento.

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